PATRIMONIO INDUSTRIAL
Lleida tendrá un nuevo pueblo: una colonia industrial centenaria de Talarn
La antigua colonia de la central hidroeléctrica de Talarn pasará a convertirse en un pequeño pueblo de este municipio del Pallars Jussà. Su propietaria, Endesa, venderá las siete casas que la componen a las personas que las habitan desde hace años como inquilinos, y traspasará las calles al ayuntamiento tras invertir más de 600.000 euros para adecuarlas.
La colonia industrial centenaria de Els Nerets, construida por La Canadenca a principios del siglo XX junto a la central de Talarn, pasará a convertirse en un pequeño pueblo de este municipio del Pallars Jussà. Su actual propietaria, la compañía eléctrica Endesa, ha dado los primeros pasos para vender las siete casas que la componen a las personas que las habitan desde hace décadas como inquilinos, y traspasará las calles al ayuntamiento tras invertir más de 600.000 euros para adecuarlas. Así lo corroboraron fuentes de la empresa, que espera completar este proceso el próximo año, en 2025.
La colonia alojó a partir de la década de 1910 a directivos, ingenieros y trabajadores especializados de las centrales hidroeléctricas del Pallars Jussà. “Jefazos”, resume Ramon Utrilla, de 92 años y el más veterano residente de Els Nerets. Sin embargo, ochenta años más tarde, las casas habían dejado de desempeñar esta función. Endesa decidió desafectarlas y firmó en 1995 contratos de alquiler con opción de compra de las viviendas con trabajadores, extrabajadores y sus familiares, que residen en ellas desde entonces como inquilinos. Hoy en día, también las habitan algunas personas sin relación con la compañía, según los vecinos.
Para que la colonia pasase de las manos de Endesa a las de los inquilinos y el ayuntamiento debían darse dos condiciones. En primer lugar, era necesaria una reparcelación de los terrenos para que cada una de las siete viviendas y los jardines junto a ellas pasasen a formar parte de fincas independientes.
En segundo lugar, el ayuntamiento solo podía recibir las calles si la propiedad hacía antes las obras necesarias para adaptarlas a la normativa urbanística. Esto, a su vez, requería cambiar la planificación urbana del municipio.Tanto la reparcelación como el plan urbanístico están actualmente en tramitación ante el ayuntamiento de Talarn.
Este último contempla trabajos como la renovación del alumbrado público, la instalación de una depuradora para las aguas residuales, adecuar los viales a las normas urbanísticas y adaptar a la normativa actual algunos de los servicios básicos que las viviendas ya tienen, como el suministro eléctrico, de agua y alcantarillado. Endesa calcula todo ello requerirá una inversión de entre 600.000 y 700.000 euros, que la compañía costeará en su totalidad.
Cuando culmine la reforma urbanística y la reparcelación, los inquilinos podrán ejercer su opción de compra sobre las casas donde viven. Una vez se lleven a cabo las obras, el consistorio podrá aceptar la propiedad de las calles. “Se ha hecho un gran avance para desbloquear la situación y que los vecinos de Els Nerets puedan convertirse en los propietarios de las casas que habitan, llevan años esperándolo”, afirmó el alcalde, Àlex Garcia.
“Cuando me instalé aquí como trabajador en 1986 no pensaba que podría comprar una de estas casas”, explica Manel Capell, vecino de Els Nerets. “Al jubilarte te marchabas, y otra personas se instalaba en las casas”, recuerda.
«Me instalé por primera vez aquí en el año 1955»
Ramon Utrilla se instaló por primera vez en una de las casas de Els Nerets en 1955. “Me jubilé como jefe del sector que incluye la presa de Sant Antoni, la de Gavet y Terradets”, explica. Es el residente más veterano del lugar. A sus 92 años, pasa los meses de frío en Barcelona y los de calor, junto a su familia en la llamada “casa número cuatro” de la antigua colonia. Él mismo la clausuró cuando dejó de acoger a personal de la compañía, antes de poder firmar el contrato para alquilarla con opción a compra.
«Al jubilarte te ibas de la casa y otro se instalaba»
Manel Capell llegó al Pallars Jussà en 1986 para trabajar en las hidroeléctricas de la zona, tras haber trabajado en la central térmica de Badalona. Se instaló en una de las casas de la colonia de Nerets. “Al llegar no pensábamos que algún día podríamos comprar estas casas”, explica. “Vivías en ellas mientras trabajabas para la compañía, y al jubilarte te ibas para que otro pudiera instalarse en tu lugar”, recuerda. Ahora espera poder ejercer la opción de compra de la casa donde vive.