Comidas compartidas para evitar la soledad no deseada

Dos días a la semana una decena de vecinos de La Pobla de Segur en situación de soledad comparten mesa en un restaurante de la localidad, comen juntos, se relacionan y crean nuevos vínculos. Este es la iniciativa que promueven el consistorio y la fundación Alícia con el proyecto Salsa (Salud, Alimentación y Sociabilidad). La iniciativa propone “recetar” las comidas compartidas para afrontar la soledad no querida. Durante dos meses, estas diez personas, previamente seleccionadas por el CAP y los servicios sociales del ayuntamiento, comen juntos los martes y los jueves en el restaurante La Riba. 

El riesgo de aislamiento social, nutricional o de sufrir trastornos emocionales han sido los factores que han prevalecido para seleccionar a los participantes en este proyecto. Según la edil de Salud, Cohesión Social, Igualdad y Gente Major de La Pobla, Gemma Algueró, el objetivo es “combatir la soledad”. Añadió que se pretende que estas personas consigan crear un “vínculo”, porque cuando acabe el proyecto, sigan quedando con regularidad para hacer cualquier otra actividad o para comer”. El proyecto Salsa se lleva a cabo gracias al programa Transforma del HISS (Hub de innovación social y sanitaria). Lluís Rubio, Aleix Aleu, Pilar Narváez o Montse Pujol, son algunos de los usuarios y aseguran que están “encantados” con el proyecto ya que se sienten acompañados y comparten experiencias.

“Los beneficios emocionales y sociales son excelentes”

El proyecto que se lleva a cabo en La Pobla de Segur es el segundo de estas características que la fundación Alícia ha implementado, después de una prueba piloto en Sant Joan de Vilatorrada, en el Bages. Elena Roura, directora científica de la fundación Alícia y del proyecto Salsa, apuntó que en el Jussà se está haciendo un “testeo” para comprobar que el programa funciona. “La soledad no deseada no es fácil de gestionar, por múltiples factores, depresión, aislamiento social, personas que tienen un cierto deterioro cognitivo, migrantes o personas con una discapacidad intelectual con dificultades para tener una vida social plena”. 

La iniciativa surgió después de darse cuenta de que las personas en situación de soledad no querida tienen más riesgo de sufrir malnutrición, dado que su alimentación es menos variada y más monótona. A partir de ahí, se planteó asegurarles un equilibrio nutricional compartiendo comidas diarias saludables con otras personas. Explicó los beneficios emocionales y mentales resultantes del acompañamiento, de compartir una mesa con otras personas y de las relaciones sociales que se derivan.