Una docena de voluntarios han trabajado en la Vall Fosca para recuperar un pueblo que lleva más de 30 años abandonado

El pueblo de Envall, en la Vall Fosca, cuenta con un total de tres familias que suman siete habitantes. Durante más de 30 años estuvo abandonado y ahora una cooperativa vecinal quiere recuperarlo impulsando la rehabilitación y construcción de viviendas para fijar vecinos en el pueblo. Durante una semana un grupo de doce voluntarios de todo el país han participado en un campo de trabajo para ayudar en tareas que beneficiarán a la recuperación del pueblo como desescombrar o construir paredes de piedra seca. Con estos trabajos se da el pistoletazo de salida a la construcción de seis viviendas de la cooperativa EnvallCoop. El primero que se rehabilitó fue un edificio que actualmente es la sede de la Escola d'Oficis de Muntanya y el refugio casa Bigodé.

La respuesta al llamamiento solidario de voluntarios para recuperar el pueblo fue "muy buena". Un total de doce personas han estado durante una semana en Envall haciendo tareas de recuperación del pueblo. Maria Clara Grimalt, coordinadora de la Escola d'Oficis de Muntanya del refugio Casa Bigodé, ha dicho que se trata de personas que "han venido a ayudar y a aprender".

Los voluntarios se alojan en el refugio casa Bigodé a cambio de tareas en el pueblo durante la mañana. Por la tarde pueden disfrutar del paisaje, la naturaleza, la cultura o la tranquilidad del valle, ha dicho Grimalt.

Pau Mora es un vecino de Barcelona que durante sus vacaciones ha optado por pasar una semana en Envall colaborando con este proyecto. Mora ha dicho que "poder ayudar está bien" y ha añadido que poder ver cómo estará el pueblo dentro de unos años "todavía estará mejor". Para Mora este voluntariado "es una buena experiencia" y ha explicado que ya había colaborado en algún proyecto similar de recuperar pueblos abandonados.

Reconstrucción del pueblo de Envall

Desde hace unos años, los primeros vecinos de Envall, con las iniciativas que han ido haciendo al pueblo como campos de trabajo y talleres de autoconstrucción, salió la idea de vincularse con proyectos de la economía social y, a través de una cooperativa de vivienda, conseguir rehabilitar casas para uso de los vecinos.

Les edificaciones se harán siguiendo la arquitectura tradicional de la zona. La forma compacta de las casas se mantendrá, así como los muros de piedra seca. Ahora bien, se aplicarán técnicas actuales para que los edificios sean más confortables, como hacer las aperturas mayores.