Ayuntamientos de Lleida empiezan a adquirir cajeros para combatir la exclusión financiera

Ayuntamientos de Lleida han empezado a adquirir cajeros automáticos para combatir la exclusión financiera. Es el caso de Castellnou de Seana, que estrenará el suyo en los próximos días. El alcalde, Andreu Balagué, explicó que hace unos diez años que no tienen banco en el municipio y defendió que “los vecinos tienen que tener facilidades para acceder al dinero”. En la actualidad, los cajeros más próximos a esta localidad son los de Mollerussa y Bellpuig. Además, destacó que contar con este servicio era una demanda de los vecinos.

La máquina se ha instalado a través de una empresa, ATM Euronet, y se puede usar con cualquier tarjeta. La retirada de efectivo conlleva una comisión de 0,30 euros. Sin embargo, Balagué apuntó que, si se cuenta con la tarjeta de Nationale Nederlanden, sin necesidad de tener una cuenta en esta entidad, no se paga la comisión. Más adelante también se podrán hacer pagos a través del cajero. 

Por su parte, el primer edil de Torrelameu, Carles Comes, avanzó que están estudiando instalar un cajero de La Caixa. Dependiendo de la inversión que suponga, convocarán una consulta popular para decidirlo. En Lleida hay 132 municipios sin banco, lo que supone que 40.000 leridanos deben desplazarse para hacer trámites u obtener efectivo, según el último informe del sector, del año 2021. En este sentido, el coordinador del lobby Eines de Repoblament Rural, Jaume Gilabert, recordó que una de sus demandas es “garantizar la asistencia bancaria a los municipios”.

Piden poner coto a los numerosos agravios que sufre el mundo rural

La Baronia de Rialb acogió ayer la asamblea de la entidad País Rural, presidida por Josep Maria Vila d’Abadal, en la que se debatieron las dificultades del territorio para frenar la despoblación. Vila d’Abadal insistió en la necesidad de poner coto a los agravios que cada día sufre el mundo rural, como “la evidente y preocupante despoblación”. Añadió que la entidad vela para que los municipios rurales puedan decidir su futuro y poner fin al desequilibrio territorial. “Queremos tener voz y voto en la Agència de la Natura y estar presentes en los órganos de decisión, de lo contrario los pequeños pueblos quedarán olvidados”. La jornada incluyó una conferencia sobre la necesidad de restaurar masías para fijar población en el territorio y ayudar así a gestionar los bosques.