Mollerussa quiere impulsar un programa para ayudar a la gente joven a emanciparse y compartir piso

El Ayuntamiento de Mollerussa está trabajando en la posibilidad de impulsar una iniciativa para promover la emancipación de la gente joven con un programa basado en el hecho de compartir piso. Se trataría de copiar el modelo del programa 'Compartir es vivir', dirigido a mayores de 60 años que viven solos y que se inició en el 2021. En este caso, se promueve un alquiler social de 150 euros en el mes y hay 3 pisos a disposición que pueden acoger a 2 inquilinos. Según el alcalde Marc Solsona, ahora habrá que definir los términos de un nuevo programa pero dirigido a la juventud que quiere hacer el paso de emanciparse. De momento, el Ayuntamiento ha abierto convocatoria para el programa dirigido a las personas mayores, ya que hay dos plazas vacantes de las seis que ofrece.

El Ayuntamiento de Mollerussa busca personas vecinas de la ciudad que quieran participar en el programa 'Compartir es vivir', el cual tiene como objetivo promover que personas mayores de 60 años que viven solas puedan compartir un piso pagando un alquiler social. El programa, que empezó en octubre de 2021 con cinco participantes, cuenta con tres pisos cedidos por la Agencia de la Vivienda de Cataluña, los cuales están pensados para acoger cada uno dos personas que se procura aparejar por afinidad. Actualmente, hay dos plazas vacantes que ahora se quieren cubrir con esta convocatoria que se abre a partir de mañana y que tiene como plazo máximo para inscribirse hasta el 29 de mayo, según ha explicado el alcalde Marc Solsona.

En este sentido, Solsona ha anunciado que desde el área de Vivienda del consistorio se está trabajando para poder impulsar una iniciativa parecida pero dirigida a la población joven del municipio. "El programa funciona y, por eso, se está planteando la posibilidad de replicar el formato para ayudar a promover la emancipación juvenil", ha indicado.

Caro recordar que el proceso de selección de las personas beneficiarias incluye una valoración económica de la situación de cada uno, pero también la valoración social en la cual se tiene en cuenta aspectos como el hecho de vivir sola, un piso de alquiler, en una vivienda con barreras arquitectónicas o con un equipamiento inadecuado. Asimismo, también se valora especialmente el nivel de soledad social y de soledad emocional de las personas solicitantes de acuerdo con diferentes escalas de evaluación.

La duración inicial del contrato es de un año y se puede prorrogar hasta un máximo de 3 años. No obstante, está previsto hacer una revisión del reglamento a finales de año con el fin de adaptar todos los contratos vigentes. Con respecto al precio del servicio, las personas beneficiarias tienen que abonar una renta mensual de 150 euros con consumos de suministros incluidos segundos el reglamento vigente, destinar la vivienda arrendada a domicilio habitual y ocuparlo en el plazo máximo de un mes a partir de la entrega de llaves, entre otras obligaciones como la de mantener el piso en perfectas condiciones de higiene y limpieza o respetar las normas comunitarias para una buena convivencia vecinal.