COMARCA
Bolsa con 19 pisos y 295 aspirantes a alquilarlos en el Pla d'Urgell
El consell inicia una campaña para favorecer el arrendamiento de viviendas. Unas 1.500 están vacías en el Pla d'Urgell
El consell del Pla d’Urgell ha pasado de tener 1 a 19 viviendas en su bolsa de alquiler en un año, fruto de la campaña de promoción Cases plenes, pobles vius. Sin embargo, este crecimiento está lejos de cubrir la demanda. La lista de personas que solicitan vivienda en la comarca asciende a 295, tal y como remarcó su presidente, Carles Palau. Ante esta situación, han ideado una nueva campaña, que lleva por nombre Les cases són per viure-hi, que busca sensibilizar a la población sobre la necesidad de dar respuesta a las crecientes demandas de pisos y casas, no solo en la capital, sino en todos los pueblos del Pla. Y es que la comarca tiene 1.500 viviendas vacías.
La campaña, que combinará humor y sensibilización, se llevará a cabo del 20 de diciembre al 20 de marzo. Entre las caras que la protagonizan, están varios miembros del grupo de teatro Som Faràndula de Mollerussa, junto con otras entidades. Asimismo, Carles Palau explicó que han pedido por carta al Govern que finalicen los edificios que quedaron a medio construir durante la crisis de 2008. En este sentido, aseguró que cada municipio cuenta con uno o dos de estos edificios, que en su mayoría son propiedad de la Sareb o fueron rescatados con dinero público, por lo que “ya es hora de que estén a disposición de todos”. La carta es una respuesta a la petición hecha por el Govern para conocer la disponibilidad de suelo edificable en los municipios, tras el anuncio del presidente Illa de construir 50.000 viviendas nuevas antes de 2030.
En este sentido, el alcalde de Mollerussa, Marc Solsona, explicó ayer que uno de los edificios que el consistorio incluirá en esta petición será el ubicado en la calle Ferrer i Busquets, en el cruce con la avenida Catalunya. El pleno de hoy miércoles prevé aprobar la aceptación de la donación de este edificio de seis pisos y valorado en 543.633 euros, de la congregación religiosa Cottolengo, heredera del legado del propietario original, Joan Llumà. La cesión se había aceptado hace 2 años, pero existía un usufructo que ha expirado tras la defunción de la persona beneficiaria.