MUNICIPIOS MIGRACIONES
Guissona, desbordada por la llegada de decenas de senegaleses sin papeles
Unos 60 llegados hasta ahora en cayucos a Canarias desbordan los servicios sociales
El éxodo migratorio de senegaleses que viajan hasta las costas canarias en cayucos se ha traducido en la llegada a Guissona de decenas de personas procedentes de Senegal, la mayoría sin papeles y en busca de familiares y allegados que los acojan. Desbordan los servicios sociales del municipio, que pide ayuda al Estado y la Generalitat para asistirles.
Guissona ha recibido en lo que llevamos de mes unos sesenta senegaleses llegados en cayucos a las costas canarias. La mayoría son orginiarios de la zona de Dakar, de donde proceden muchos de los 517 vecinos de Senegal que viven en este municipio de la Segarra. Acuden en busca de familiares y amigos que puedan acogerlos, y podrían llegar más en próximos días. El ayuntamiento estima que, al ritmo actual de llegada, llegarán a un centenar a final de mes. Ante esta situación, el consistorio ha pedido ayuda a la Generalitat y al Gobierno español para asistir a este colectivo.
De los sesenta llegados hasta ahora, solo cinco han recibido asilo político, mientras que el resto no tiene papeles y, por lo tanto, no pueden ser contratados legalmente para ocupar ningún puesto de trabajo. Se alojan en pisos de sus compatriotas, lo conlleva sobreocupación de viviendas, y su principal problema es conseguir comida, explican desde el consistorio. El alcalde, Jaume Ars, indicó que la precaria situación de este colectivo desborda los servicios sociales del municipio, por lo que ha acudido a la subdelegación del Gobierno en Lleida y a la Generalitat en busca de soluciones. Por ahora no ha recibido respuesta. La mayoría de los recién llegados tienen entre 20 y 30 años. De momento los servicios sociales y el departamiento de acogida local han llevado a cabo unas 40 entrevistas para elaborar una ficha de cada persona. Al no tener un domicilio fijo, el consistorio ha optado por empadronarlos en el centro cultural de entidades la Caserna. Los incluyen en el padrón para brindarles acceso a servicios básicos como la sanidad. Para mejorar su adaptación les ayudan a conocer la población, el idioma, sus costumbres y patrimonio.El ayuntamiento se reunió ayer con representantes de Cruz Roja, Càritas y los servicios sociales. También reactivó la mesa de emergencia, como hizo hace dos años con la llegada de refugiados de Ucrania. Llegaron 300 a este pueblo de 7.390 habitantes, si bien recibieron protección como refugiados de guerra. Esto les permitió obtener empleos en empresas locales y facilitó que la situación se normalizase.
Para Ars, el Estado debería actuar como entonces y tramitar papeles de forma ágil para los llegados de Senegal.La comunidad senegalesa es la tercera de origen extranjero más numerosa de Guissona. Frente a los 517 procedentes de este país africano, hay 1.061 originarios de Ucrania y 1.297 de Rumanía. En el municipio conviven personas de 49 nacionalidades que suponen el 53,1% de la población, el mayor porcentaje de vecinos de origen extranjero de Catalunya. Su integración no ha conllevado problemas, dado que la práctica totalidad tienen trabajo en empresas locales, en especial bonÀrea, que emplea a casi 6.000 personas. En cambio, la mayoría de senegaleses recién llegados no pueden tener un contrato laboral y eso preocupa al ayuntamiento. Teme que su situación de necesidad desemboque en problemas en el pueblo.
Asisten en Lleida a muchos otros recién llegados desde Senegal
La ciudad de Lleida recibe también a numerosos senegaleses llegados en cayucos a las costas canarias. Decenas de ellos han recibido asistencia en el marco del programa estatal de acogida e integración de personas que solicitan protección internacional. Lo dirige el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que ha encargado la gestión en la capital del Segrià a Cruz Roja. Esta entidad brinda ayuda humanitaria a los recién llegados y recibe la colaboración para hacerlo de la comunidad senegalesa leridana. Su presidente, Ibrahima Bao, explicó que ejercen como traductores, tratan de facilitar la integración social de quienes no tienen familiares ni amigos en la ciudad y han hecho donaciones de ropa y calzado, entre otras aportaciones.
Un gran éxodo migratorio que ha superado ya el del año 2006
Las últimas cifras oficiales de llegadas de migrantes a las costas de Canarias sumaban el martes 36.640 personas, una cifra que ha superado con creces las 31.678 de la crisis de los cayucos del año 2006. Entre los llegados a las islas y los desembarcados en la Península tras cruzar el estrecho de Gibraltar o el mar de Alborán suman 49.376. Esta cifra sugiere que, con toda probabilidad, España superará este año las 50.000 personas llegadas en pateras y cayucos. Es un umbral que el país no cruzaba desde 2018, cuando se estableció el máximo histórico de 57.498.