Medio centenar de grafitis por toda la Segarra indignan a los vecinos

En la Segarra es desde hace un tiempo difícil recorrer unos kilómetros por carretera sin ver grandes pintadas en elementos del patrimonio urbano o rural, que han aparecido durante el último año. Son más de medio centenar y se pueden localizar en elementos del patrimonio histórico, como el templo gótico de Santa Maria, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, o el espacio cultural románico de Sant Joan de Jerusalem.

También en también en elementos de arquitectura popular como las cabanes de volta, los márgenes de los campos, equipamientos públicos como los depósitos de agua, casetas de transformadores de la electricidad o en infraestructuras viarias como los puentes de la A-2 y de las carreteras secundarias. Del conjunto de pintadas es mayoritaria la que refleja el pseudónimo Beste o Wasen Beste.

L’Espitllera Fòrum d’Estudis Segarrencs, con el apoyo inicial de media docena de entidades del territorio, han mostrado su malestar publicando un manifiesto contra las agresiones al patrimonio arquitectónico.

Destaca el hecho de que las pintadas se efectúan en puntos visibles junto a las vías de paso, por lo que exigen que “las administraciones públicas en el ámbito de sus competencias tienen la obligación de proteger este patrimonio” ya que “el paisaje es la imagen del territorio”. El manifiesto concluye exigiendo “medidas pertinentes, por la vía administrativa o judicial, para poner fin a las agresiones y restituir el aspecto original”.

Firmantes

El manifiesto lo firman también inicialmente la Fundació Jordi Cases i Llebot, los Amics de l’Arquitectura Popular, el Museu de Guissona, la Associació del Patrimoni Artístic i Cultural de Torà, la revista Segarra, la asociación La Nova de Cervera. También han destacado su malestar por la proliferación de las pintadas agricultores y vecinos de la zona.