IVORRA
Marcha atrás a una restauración polémica
La torre medieval en el centro del pueblo lleva más de una década de obras
Inicialmente se recreó la cobertura original de yeso, pero este material empezó desprenderse y ahora la revestirán de nuevo con mortero de cal
Ivorra ha iniciado esta semana obras en su torre medieval, unos trabajos que suponen dar marcha atrás a una polémica restauración anterior. Consisten en retirar la capa de yeso que se extendió sobre la fachada y que pretendía recrear el revestimiento original de esta antigua fortificación. Sin embargo, este material no aguantó: sufrió grietas y desprendimientos al poco de finalizar la actuación en 2020. Ahora volverán a recubrir el edificio, pero esta vez emplearán mortero de cal.
Esta nueva obra tiene un plazo de ejecución de un año y tendrá un coste de unos 300.000 euros. La Generalitat aporta el 80%, y el 20% restante el ministerio de Cultura a través del 2% cultural. El alcalde de Ivorra, Jordi Ribalta, espera que esta actuación ponga fin a una restauración que comenzó hace más de una década, en 2013. Desde 2020, la torre quedó cubierta con una doble red protectora para evitar la caída de fragmentos del recubrimiento de yeso sobre la calle. El ayuntamiento llevó ante los tribunales esta actuación al considerarla defectuosa y está actualmente pendiente de juicio.El primer paso de esta nueva intervención es la instalación de un andamio hasta la cima de la torre, de veinte metros de altura. Posteriormente se retirará el actual revestimento de yeso y se pulirá la piedra de los muros antes de instalar el nuevo de mortero de cal.Ivorra, en la Vall del Llobregós, es uno de los pocos municipios de la comarca de la Segarra sin núcleos agregados. Tiene una población envejecida, si bien en el último año ha crecido hasta los 105 vecinos por la llegada de nuevos vecinos procedente del entorno de Barcelona. Según Ribalta, este crecimiento poblacional permitirá pasar de 3 a 5 ediles en las elecciones municipales de 2027. “Esto nos permitirá repartir de forma más adecuada y agilizar las tareas muncipales”, dijo.La mayor parte de los vecinos viven de la ganadería y la agricultura, y algunos las compaginan con empleos en municipios próximos como Cervera, Guissona y Torà. En los últimos años se han instalado en el pueblo personas procedentes del área metropolitana de Barcelona que teletrabajan desde sus casas. “Este año se han vendido y habitado tres casas, la población se mantiene”, dijo el alcalde.Ivorra tiene este año un presupuesto de unos 400.000 euros gracias a la inversión que supone la obra en la torre. En años anteriores fue poco más de la mitad. Desde hace tres años la localidad se promociona a nivel turístico con la feria de Sant Galderic, dedicada a maquinaria agrícola antigua y a productos de proximidad, y tiene entre sus atractivos el santuario del Sant Dubte.
El ayuntamiento llevó a los tribunales los trabajos para revestir la torre de yeso al considerarlos defectuosos
¿Han aumentado los vecinos, esperan crecer más?
Depende de los servicios que podamos ofrecer y del trabajo. Hoy la mayoría de los vecinos viven de la ganadería, del teletrabajo o trabajan en Guissona, Torà o Cervera. De momento hemos crecido hasta 105 habitantes.
¿Y a nivel urbanístico?
Primero sería importante rehabilitar las casas deshabitadas. Entre ellas la rectoría, pero el obispado no lo acepta. En el último año se han vendido tres casas y hemos crecido con 6 vecinos. Un sector importante lo conforman personas que teletrabajan y optan por venir a vivir a esta zona tranquila. Estamos cerca de Torà y Guissona para las compras y otros servicios.
El Sant Dubte, la sede de los coptos en Catalunya
El santuario del Sant Dubte se cedió hace casi cuatro años a la comunidad Copta Ortodoxa, que proyecta convertir este espacio en su sede central en Catalunya. Según explicó el alcalde, están acondicionando una decena de celdas entorno al templo para dar cabida a retiros espirituales. Según Ribalta, este mismo año está previsto que vivan de forma permanente en el santuario media docena de religiosos para atender a los visitantes.El santuario fue cedido en el año 2020 tras una consulta a los vecinos, con el objetivo de dar uso al inmueble y evitar que se degrade. En el conjunto monumental ocupan la antigua hospedería, y se comparte el uso de la Iglesia de Santa Maria entre la comunidad copta y la catòlica. La actual sala de actos se mantendrá como centro de interpretación permanente del Sant Dubte.Según la tradición, en este lugar decía misa el rector Bernat Oliver en el año 1010. Tras la consagración, el sacerdote empezó a dudar de la presencia de Cristo en el pan y el vino. Esto provocó que del cáliz brotara sangre que manchó los manteles del altar y llegó hasta el suelo.
«Es importante rehabilitar las casas vacías»