Futuras tradiciones en la Segarra

La Segarra fue escenario el pasado fin de semana de tres eventos hasta ahora inéditos en Guissona, Cervera y Les Oluges. Fueron propuestas de jóvenes de estas localidades, que aportan iniciativas y nuevas maneras de hacer las cosas. Guissona acogió una carrera de ultrasistencia en la que participaron 190 atletas, y Cervera una carrera urbana nocturna el sábado. Ambas propuestas consiguieron el apoyo de entidades locales y fueron un éxito tanto de organización como de afluencia de público.

En Guissona, la organización de la carrera de resistencia corrió a cargo de un grupo de jóvenes del Centre Excursionista: Jordi Ribera, Anna Pla, Jessica Gómez Valero, Ferran Garcia y Jose Luís Perez, mientras que, desde el ayuntamiento, colaboraron Aida Santesmasses y Adrià Sánchez. Hicieron un esfuerzo titánico para llevar a cabo un montaje que les mantuvo 28 horas consecutivas atendiendo la carrera y la actividad que entorno a esta. La competición tuvo lugar en la zona deportiva y recibió el apoyo de entidades locales como la Manduca, los Margeners, los Geganters y el ACLE Guissona, así como de bares y restaurantes. Estos montaron parades de comida durante toda la jornada. Destacó el éxito deportivo del empresario y músico de Bellpuig Francesc Saladrigues quien, a sus 52 años de edad, recorrió 181 kilómetros en 27 horas. Saladrigues es corredor del club Xafatolls de Mollerussa y remató la jornada con música. A las 12.00 salía de Guissona y a las 16.00 actuaba en Calaf con la banda de Igualada como contrabajista. También cabe destacar el éxito de los corredores locales Mario Georgiev, que en 16 horas recorrió 107 kilómetros, y David Puig, que corrió 15 horas para recorrer 100 kilómetros.En Cervera, un equipo dirigido por la joven Núria Morales organizó la prueba atlética nocturna. Este colectivo consiguió el apoyo de atletas, entidades y comercios locales para organizar por la tarde en la plaza Universitat una feria y carreras para todos los públicos. Entre ellas destacó la carretera de padres y madres con cochecitos infantiles, que se convirtió en una de las principales atracciones de la jornada.

El centro de actividad fue la plaza Universitat, donde se montaron una decena de paradas de comercios locales y también de productos deportivos. También hubo animación a cargo de la compañía de teatro local Alea Teatre. Por la tarde se organizaron cinco carreras por edades y una caminata familiar mientras que, por la noche, hubo dos carreras urbanas de 5 y 10 kilómetros.En les Oluges, dos jóvenes de la localidad, Joan Vila y Jaume Marsal, dieron un vuelco innovador a la fiesta mayor de abril. Tradicionalmente consistía en una misa en la capilla de Santa Engracia, repartir coca y mistela entre los vecinos, partidas de cartas en el local social y un baile con bocadillo. Esta vez, ha acogido la primera concentración de vehículos clásicos, que consiguió reuniir noventa coches, tres camiones, siete tractores y una docena de motocicletas.

El creciente interés por el deporte y la afición al coleccionismo se extienden en las zonas rurales y empiezan a asentarse como nuevas tradiciones, que trasladan a la población las inquietudes de los jóvenes. Son el reflejo de época con ideas nuevas que se combinan y se suman a las traciones seculares. Es lo que pasó hace 500 años con la Passió de Cervera, hace siglos con Sant Antoni de Sanaüja o hace 25 años con la Fira de l’Ou de Sant Guim o la fiesta romana de Guissona. Todas ellas contribuyen a dar notoriedad a los municipios donde se celebran. Lo que acontece en el ámbito de las fiestas es trasladable también a otros ámbitos del mundo rural, como el laboral. Un ejemplo de ello es Dàlia Verdés Guerrero, una farmacéutica de 23 años que ha abierto su establecimiento y un laboratorio de cosmética en un entorno rural.