Jóvenes arqueólogos en Cervera

Un total de 13 jóvenes de entre 15 y 17 años, procedentes de diferentes puntos del Estado español, se han convertido en arqueólogos y entre esta y la próxima semana excavan en el yacimiento del monasterio de Sant Pere el Gros de Cervera, siempre guiados por un equipo de arqueólogos profesionales de la Universitat de Lleida (UdL). Este es el tercer año que la capital de la Segarra, junto a la cooperativa Lleure Quàlia, organiza un campo de trabajo para profundizar en las excavaciones arqueológicas de Sant Pere el Gros. Las dos últimas se han hecho junto a la UdL, con quien la Paeria, a través de la concejalía de Patrimonio Historioarqueológico, ha firmado un convenio para potenciar la investigación de este yacimiento. 

Natàlia Salazar, investigadora de la UdL y directora del proyecto científico de las excavaciones en este yacimiento de Cervera, explicó que las tareas de los jóvenes, supervisadas por arqueólogos profesionales, se centran en continuar el proceso de excavación de tres habitaciones del monasterio medieval que aparecieron en la campaña del año pasado y que serían posteriores a la iglesia, de entre los siglos XIII y XIV, y en abrir un nuevo sector en la zona oeste del yacimiento “donde comenzamos a ver un edificio que podría ser anterior a la iglesia, aunque aún no tenemos suficientes indicios”. Cuando culmine el campo de trabajo, hasta finales de agosto se llevará a cabo otra intervención técnica financiada por Cultura de la Generalitat que se centrará en talar los pinos plantados en los años 60 para dejar el yacimiento totalmente abierto en planta. 

Los orígenes de Cervera 

Salazar manifestó que “gracias a la documentación escrita sabemos que la iglesia es del siglo XI y al cabo de unos años se construyó el monasterio en su entorno, aunque las nuevas excavaciones dan indicios de que en la zona habría un edificio previo”. La investigadora de la UdL puso en valor el yacimiento de Sant Pere el Gros porque “todos los indicios apuntan a que en esta zona del valle del río Ondara, a pie de la ciudad, ya existía un asentamiento mucho antes de que lo se asentara Cervera, seguramente desde el siglo II antes de Cristo, primero de cronología ibérica y posteriormente se romanizó con una cierta continuidad que desconocemos”. 

Salazar también dijo que “el yacimiento es mucho más grande aunque nosotros únicamente podemos actuar en estos terrenos de titularidad municipal que están delimitados con una valla”. “Esta investigación permitirá al municipio ir retratando sus orígenes y su historia”, añadió la directora del proyecto científico.