Recuperando el arte de la espartería
Unos veinte aficionados aprenden a crear utensilios con esparto y ‘jonça’, una variedad local
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Dani Espejo enseñando las técnicas de espartería en la Biblioteca de Sant Guim de Freixenet. El Ayuntamiento colabora cediendo el espacio. - C.MARSIÑACH
Una veintena de aficionados a la espartería se reúnen mensualmente en Sant Guim de Freixenet para recuperar esta artesanía que está quedando en el olvido. La iniciativa surgió después de unos talleres de introducción a la espartería que el Col·lectiu Eixarcolant organizó en la localidad el pasado mes de octubre. El vecino de Freixenet Dani Espejo, ingeniero técnico agrícola, naturalista y cisteller aficionado, fue el encargado de impartir la formación. “Los talleres tuvieron mucho éxito, había gente interesada en continuar practicando y aprendiendo, y decidimos encontrarnos una vez al mes”, explica.
Trabajan con el esparto, pero también con la jonça, una planta que se puede encontrar en el altiplano de la Segarra. Espejo realizó un trabajo de prospección etnobotánica para conocer los materiales de espartería que se utilizaban en este sector de la comarca y descubrió que en algunas casas utilizaban la jonça. “Un ejemplo lo encontramos en La Rabassa. Con la jonça hacían todo tipo de utillaje para la agricultura, suelas de zapatillas, capazos, cuerdas o sàrries”. Según Espejo, de la espartería hecha con jonça tan solo se conserva la memoria oral y no hay una pieza física de referencia. Estuvo investigando y en zonas del Empordà o Jaén tan solo hacían trenzas con esta planta y en algunos lugares de Francia se habían utilizado las raíces para crear cepillos para el ganado. En estos últimos dos años, experimentó las técnicas de espartería tradicional con jonça y vio que tenía mucho potencial. La prospección etnobotánica y de investigación de las técnicas de espartería que ha realizado Espejo se publicará en un artículo de la revista Mil fulles de Flora Catalana.
Los participantes de los talleres aprendieron a recolectar la jonça y técnicas para realizar diferentes piezas como posavasos, salvamanteles, cestos, capazos, cofins o incluso dispensadores de papel higiénico.
Según Espejo, “la cestería nos ha acompañado desde hace miles de años, fue el plástico que a partir de los años 50 y 60 la arrinconó y la gente que conocía estas técnicas se ha ido muriendo”. Hace 70 años todos los envases estaban hechos de cestería o madera y recuperar esta tradición es una forma de “dejar de usar envases de un solo uso y tener la autonomía de poder crear una pieza única adaptada a tus necesidades, esto no tiene precio”, comenta. En Catalunya la madera ha sobrevivido más. En algunas zonas de Murcia, Alicante, Almería o Albacete aún hay gente mayor que trasmite el arte de la espartería. “La espartería es una artesanía con infinitas posibilidades y es una excusa más para socializar y recuperar técnicas antiguas”, concluye Espejo.