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INFRAESTRUCTURAS CARRETERAS

El túnel del Coll de Lilla abrirá a finales de mes después de cuatro años de obras

Reducirá 15 minutos el trayecto entre Lleida y Tarragona y beneficiará al transporte

El proyecto ha costado más de 140 millones de euros y quedará pendiente el enlace con la AP-2 en Montblanc

Un tram del nou traçat de l’autovia A-27, amb l’entrada al túnel del coll de Lilla al fons, a punt per entrar en servei.

Un tramo del nuevo trazado de la autovía A-27, con la entrada al túnel del Coll de Lilla al fondo, listo para entrar en servicio. - AMADO FORROLLA

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El túnel del Coll de Lilla abrirá a finales de este mismo mes y reducirá el trayecto entre Lleida y Tarragona, que será 15 minutos más corto. Esta reivindicada infraestructura permitirá evitar el paso por el puerto de la N-240 en Lilla, Tarragona. También beneficiará al sector del transporte y facilitará la conexión con el puerto. Fuentes del ministerio de Transportes explicaron ayer que la previsión es que el tramo de la autovía A-27 entre Valls y Montblanc, que incluye el túnel, entre en servicio a finales de octubre. El proyecto ha supuesto una inversión de más de 140 millones.

La puesta en servicio de esta fase de la autovía llegará justo cuando se cumplirán cuatro años del inicio de la perforación del túnel, que tiene una longitud de aproximadamente 1,5 kilómetros. La galería se empezó a abrir en octubre de 2019 y desde el ministerio señalaron que los trabajos se encuentran ya en la recta final. La construcción de este tramo de la A-27 se retomó en 2019, casi una década después de que los trabajos se paralizaran debido a recortes presupuestarios. El proyecto ha tenido que superar otros obstáculos como su replanteamiento y aumento de presupuesto debido a la presencia de arcillas expansivas y pizarras. Finalmente, el Consejo de Estado aprobó en 2018 la modificiación al alza del presupuesto y a principios del año siguiente se dio el impulso definitivo a las obras. Cuando se estrene el túnel solo quedará pendiente el enlace con la AP-2 en Montblanc. 

Hasta que este tramo no esté construido, el acceso a la autovía será desde la N-240 a la altura de Lilla. Esta será la última fase de la autovía a Tarragona, que inicialmente estaba prevista hasta Lleida. Sin embargo, el Gobierno central acortó el trazado de la A-27 y determinó que acabaría en la capital de la Conca de Barberà. Por ello, se apostó por que los vehículos circularan por la autopista, libre de peajes desde hace dos años. Mientras, el desdoblamiento de la N-240 entre Les Borges Blanques y Lleida sigue en estudio. No obstante, se han desencallado las reivindicadas rotondas de Juneda, que permitirán reforzar la seguridad vial.

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