«La ciudad no puede vivir sin el mundo rural»

El seminario Mobilitzem-nos, món rural cerró ayer en Torrebesses dos días de debate sobre las nuevas ruralidades. Uno de los principales temas que se pusieron sobre la mesa en las jornadas es la relación entre el territorio rural y urbano y se puso de manifiesto que uno no puede vivir sin el otro. En este sentido, Carles Llop, catedrático de Urbanismo y director del seminario, defendió que sin la agricultura y una buena gestión de los bosques y del agua “la ciudad no podría existir”. Puso como ejemplo el caso de la ciudad de Valencia, con una huerta “que no ha dejado de producir nunca”. Asimismo, Llop aseguró que “una ciudad no es una aglomeración de infraestructura y arquitectura, es un organismo vivo que tiene que prestar servicios”.

En la misma línea, el alcalde de Torrebesses, Mario Urrea, destacó que “es necesario que el mundo urbano sea consciente de que no puede vivir sin el rural”. “El día que tengan interiorizada esta cuestión es cuando empezaremos a trabajar para este equilibrio territorial”, dijo, y añadió que “se trata de que tengamos territorios ricos y pueblos vivos, con dinámicas positivas y vida comunitaria”. El seminario lo organizó la Fundació Privada Horitzons 2050 y su presidente, Antoni Gelonch, explicó que uno de los objetivos de la entidad es “fomentar el debate sobre los aspectos que tengan a ver con la vida de la gente de Ponent”. 

Asimismo, apuntó que “Barcelona no es nada sin el resto de Catalunya” y viceversa y señaló que “nosotros tenemos que ser considerados como ciudadanos que tienen derecho a todos los servicios y oportunidades”. En Torrebesses se presentaron ayer una quincena de iniciativas surgidas en el entorno rural y que generan actividad económica. En los últimos años han emergido propuestas para repoblar los pequeños núcleos, aunque la falta de servicios o de vivienda dificulta la llegada, y especialmente el arraigo, de nuevos vecinos en estas poblaciones.

Blanca y Bernat viven en la Segarra y son los impulsores de Ruralmodernos. Se trata de una iniciativa que “nace de la inquietud de querer compartir todo lo que hacíamos a nivel de fotografías, diseño de experiencias, dirección de arte y creación de contenido y en lugar de publicarlo en nuestras redes personales creamos la cuenta de Ruralmodernos”. 

A través de este perfil de Instagram, que tiene más de 2.800 seguidores, difunden proyectos y productores del mundo rural. Además, también organizan actividades de dinamización. Un ejemplo de ello es la Tómbola Ruralmoderna, con la que sortean productos de negocios del mundo rural. “Una de las cosas buenas del entorno rural es que puedes contactar directamente con el elaborador y a nosotros nos gusta mucho”, aseguraron. 

Asimismo, defienden que su proyecto aporta una “mirada en cierto modo nueva” a “una serie de proyectos y paisajes que ya existían”. También destacaron que su iniciativa ha permitido crear sinergias entre productores y poner en contacto elaboradores y restauradores. Otra de sus propuestas fue una campaña para promocionar las mujeres productoras de la Segarra, que impulsaron junto con el consell comarcal y que bautizaron como ElaboraDones.