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ENERGÍA HIDROELÉCTRICA

Alargarán hasta 50 años la concesión a centrales reversibles que ganen potencia

Tras proyectos en Lleida para recrecer embalses de Sallente-Estengento y Moralets

Sallente i el telefèric que es va utilitzar per a la seua construcció i que ara és un atractiu turístic.

Sallente y el teleférico que se utilizó para su construcción y que ahora es un atractivo turístico. - ARA LLEIDA

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El Estado alargará hasta 50 años la concesión de centrales hidroeléctricas reversibles cuyos propietarios hagan obras para dotarlas de más potencia. Esta medida llega cuando en Lleida se han planteado proyectos para recrecer pantanos de Sallente-Estangento y Moralets, y mientras persiste la polémica sobre la duración de estos títulos concesionales.

El Gobierno español alargará hasta medio siglo las concesiones de las centrales hidroeléctricas reversibles cuando sus propietarios hagan obras para dotarlas de mayor potencia. Así lo establece un decreto ley que entra en vigor hoy tras su publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En Lleida funcionan dos de estas instalaciones, basadas en interconectar dos pantanos en diferentes altitudes: la de Sallente-Estangento, en La Torre de Capdella, y la de Moralets, entre Vilaller y Montanuy (Huesca). Las dos son propiedad de Endesa, que en años anteriores puso en marcha proyectos para recrecer sus embalses. Ninguno de ellos llegó a ver la luz. En el caso de Moralets, la empresa inició las obras pero acabó renunciando a completarlas.

El decreto ley busca promover la ampliación de las centrales reversibles, al considerarlas “una tecnología madura y efectiva” para acompasar la producción y la demanda eléctrica. Estas instalaciones absorben excedentes de energía cuando se genera más de la que se consume, mientras que aportan electricidad a la red en los momentos de mayor consumo. La nueva normativa estatal señala que esto las hace especialmente útiles para compensar las variaciones en la producción de las centrales solares y éolicas. El texto del decreto valora que los proyectos para centrales reversibles “encuentran dos barreras que les impiden llegar a buen término”. Una de ellas es la “incompatibilidad con las concesiones ya existentes”, y la otra es “la necesidad de contar con un plazo concesional más extenso para poder amortizar y rentabilizar la inversión necesaria”. Por este motivo, establece que los propietarios de estas centrales podrán obtener “solo una vez, una nueva concesión” que “no podrá superar en ningún caso los 50 años” y que deberá solicitarse “antes de los últimos 15 años de vigencia de la actual concesión”.La posibilidad de prolongar las concesiones de las centrales reversibles ya existentes se plantea en un momento en que la duración de estos títulos concesionales es objeto de polémica y de debate político: formaciones como ERC y la CUP reivindican que los de las centrales hidroeléctricas más antiguas en Lleida ya habrían expirado, mientras que el Estado los considera todavía vigentes.

Repotenciar estas centrales busca ajustar la demanda de energía a los cambios de la producción solar y eólica Las centrales reversibles se basan en dos embalses a diferentes altitudes conectados entre sí

La nueva norma estatal se refiere a las centrales reversibles como un sistema de “almacenamiento hidráúlico de energía” y les otorga una categoría propia, diferenciada del resto de las hidroeléctricas. Argumenta que “su finalidad no es incrementar la producción de energía eléctrica, sino almacenarla cuando la oferta supera a la demanda y suministrarla después, con cierta pérdida de rendimiento, cuando las otras fuentes no son capaces de atender la demanda”. Esta nueva categoría se inscribirá de oficio en las concesiones de las centrales reversibles ya existentes.

Pantanos unidos para equilibrar el sistema eléctrico

Las centrales hidroeléctricas reversibles están formadas por dos pantanos en cotas de altitud distintas conectados entre sí. Tienen como finalidad equilibrar en cada momento la producción eléctrica y la demanda, para evitar tanto caídas en la tensión como sobrecargas. Las primeras impiden que los aparatos eléctricos funcionen, mientras que las segundas pueden averiarlos y dañar las líneas. Cuando la generación de energía es mayor que la que se consume, las centrales reversibles absorben el excedente. Lo usan para bomber agua desde el embalse inferior al superior. En cambio, en las horas de mayor demanda de electricidad, inyectan energía adicional en la red como lo hace cualquier otra presa hidroeléctrica: turbinando el agua que han acumulado en el pantano superior.Las centrales reversibles se construyeron en España a partir de la década de los años ochenta del siglo XX. Su objetivo entonces era equilibrar las variaciones en la demanda eléctrica y la producción de las centrales nucleares, que es uniforme y no se puede modular. A esta década pertenecen la central de Sallente-Estangento, en La Torre de Capdella, y la de Moralets, entre Vilaller y Montanuy (Huesca). Actualmente, el crecimiento de las centrales reversibles ya existentes e incluso la construcción de otras nuevas se plantea como una solución para adaptar en cada momento la demanda eléctrica a las variaciones de producción de la centrales eólicas y solares.

Propuestas para repotenciar las que existen y para construir otras

Junto a los proyectos para recrecer los embalses de Sallente-Estangento y Moralets y dotar de más potencia a estas centrales reversibles, en los últimos años se han planteado propuestas para poner en marcha otras instalaciones de este tipo. Dos de ellas consisten en conectar el pantano de Cavallers y el de Baserca, y el de Certescan con el de Soulcem, en Francia. Por su parte, el grupo leridano Romero Polo impulsa la central de Gironès-Raimats, entre Riba-roja y La Fatarella.Todas ellas figuran en un informe elaborado por el Col·legi d’Enginyers Industrials, que calcula que esto permitiría alcanzar una potencia de más de 10 gigavatios (GW) en Lleida y 14 GW en Catalunya.

Polémica sobre la duración de las concesiones de las hidroeléctricas

La duración de las concesiones de centrales hidroeléctricas es objeto de polémica y debate político. Las primeras presas construidas a principios del siglo pasado tenían títulos concesionales sin límite de duración, hasta que ley española de aguas de 1985 estableció un máximo de 75 años. Para partidos como ERC y la CUP, las concesiones de muchas instalaciones hidroeléctricas estarían ya vencidas, al haber superado los 75 años en funcionamiento. En cambio, para el Gobierno español la cuenta atrás para extinguir las concesiones de las centrales anteriores a 1985 empieza a partir de la entrada en vigor de la ley de aguas, lo que las prolongaría hasta 2061.

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