ENERGÍA RENOVABLES
Más de 600 ha de placas solares y 36 molinos se han quedado sin acceso a la red eléctrica
Once proyectos de energías renovables pierden el punto de conexión que tenían asignado al no obtener autorización ambiental en 4 años
Esto dificulta su construcción e incluso puede hacerlos inviables
Proyectos para desplegar más de 600 hectáreas de paneles solares y 36 molinos de viento en Lleida se han quedado sin el punto de conexión a la red eléctrica que tenían asignado. Sus promotores los solicitaron a Red Eléctrica de España al inicio de la tramitación de estas instalaciones, y los han perdido al no conseguir la autorización ambiental en el plazo de cuatro años que establece la normativa española. Lentitud en la tramitación por parte de la Generalitat y del Estado y, en algunos casos, resoluciones desfavorables a lo largo del proceso de autorización, abocan al olvido al menos a 11 centrales fotovoltaicas y eólicas en las comarcas leridanas. No tener punto de conexión dificulta su construcción e incluso puede hacerlas inviables.
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) ha ratificado hasta ahora la caducidad de los puntos de conexión a la red de alta tensión de al menos siete grandes centrales solares previstas en Lleida: la de Pla del Corb, en la Noguera, las de Calella Solar, Galera Solar y Macaralleta Solar, en Les Garrrigues, y las de Costa Gran, Alzineres y Neret, en el Pallars Jussà. Estas tres últimas habían recibido ya la autorización de la Generalitat, aunque condicionada a un visto bueno de Urbanismo que todavía no han obtenido. La de Macaralleta Solar, en cambio, había recibido una declaración de impacto ambiental desfavorable, lo que impedía autorizarla. Las demás constan aún como proyectos en tramitación ante la Generalitat. Entre todas suman de 606 hectáreas. Asimismo, han caducado los puntos de conexión a la red eléctrica de al menos cuatro parques eólicos. El primero es el de Suró, previsto en la Segarra y que se tramitó ante el Estado al superar el umbral de los 50 MW de potencia. El ministerio para la Transición Ecológica lo rechazó al considerar que tendría un alto impacto ambiental. Otro es el de Basses Roges 1, en el Segrià, que obtuvo la autorización ambiental de la Generalitat cuando su conexión a la red eléctrica ya había decaído. Los otros son el de Coll de Targa, previsto en Les Garrigues, y el de Pla de Cirerer, en el Segrià.