AGUA RESERVAS NIVALES
Lleida entra en mayo con una reserva de 272 hm de agua en forma de nieve en el Pirineo
El volumen de recursos nivales del Segre y los Nogueras multiplica por treinta el que se acumulaba hace un año
La aportación de los tres grandes ríos prácticamente duplica la del anterior año hidrológico
Los tres grandes sistemas fluviales de Lleida han recuperado esta primavera el embalse de nieve en el alto Pirineo que tradicionalmente había venido garantizando la disponiblidad de recursos para asegurar el equilibrio de sus ecosistemas y para atender a los abastecimientos y los usos productivos.
Las reservas de nieve que se acumulan en las cabeceras del Segre, el Noguera Pallaresa y el Noguera Ribagorçana multiplican por treinta las de hace un año (272 hectómetros cúbicos por 9), algo que permite afrontar la fase de mayor demanda del año hidrológico con la tranquilidad que supone sumar ese volumen al que almacenan los embalses de esos tres sistemas, que prácticamente duplica al del año pasado.Las reservas nivales también se sitúan por encima de la media de los últimos cinco años en los dos Nogueras y prácticamente la igualan en el Segre y su afluente el Valira, algo que va a permitir que después de varios años esta primavera vaya a haber de nuevo majencs o mayencos, las crecidas del caudal durante el mes de mayo que tradicionalmente tenían lugar como consecuencia del deshielo.Los datos de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) estiman unas reservas de nieve equivalentes a casi cien hectómetros cúbicos de agua en el Ribagorçana, río que desde el 1 de octubre acumula una aportación de 320 en El Pont de Suert, cuando los datos correlativos de 2023 eran 9 y 160.La reserva nival supera los 90 en el Pallaresa, que ya suma cerca de 530 de agua la cabecera frente a los 300 de 2023, y ronda los 80 en el Segre (más el Valira), por el que ya han bajado 112 por 90 hace un año. En ambos casos, sin nieve en las cumbres.
Esas reservas nivales todavía pueden registrar algunos leves incrementos tal y como ocurrió la semana pasada, cuando, según explicaron fuentes de Aemet, cayeron en la Val d’Aran, el Pallars Sobirà y la Alta Ribagorça mantos de cincuenta centímetros de grosor que en algunos puntos llegaron a alcanzar los 80 hm e incluso superaron el metro de espesor en Capdella, Barruera y Esterri d’Àneu.“No ha nevado en cotas muy bajas, pero donde lo hizo las acumulaciones fueron importantes”, señalaron las mismas fuentes.No obstante, la aportación final procedente de esa reserva de nieve dependerá de su ritmo de fusión, que a su vez tiene que ver con las temperaturas.
El Ésera duplica la aportación y conserva siete veces más nieve
Tanto las reservas de nieve como la aportación de agua resultan este año netamente superiores a las de 2023 en la cuenca del Ésera, la principal fuente de abastecmiento de la zona alta del Canal de Aragón y Catalunya. Según los datos de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), en los siete primeros meses del año hidrológico, iniciado el 1 de octubre, la aportación del Ésera en Barasona supera los 490 Hm3 cuando en el mismo periodo del año pasado no llegaba a 190, mientras que los 125 Hm3 de nieve acumulados en la cabecera multiplican por siete los de las mismas fechas de 2023. En el Garona, por su parte, las aportaciones han sufrido un ligero incremento al pasar de 150 a 160 Hm3 (+6,6%) mientras las reservas nivales han mejorado de manera notable, puesto que este año su cabecera acumula el equivalente a 47 Hm3, un volumen que multiplica por más de 15 el de 2023, que era solo de tres.