SEGRE

AGUA LA DISPONIBILIDAD

El Segre pierde la sexta parte del caudal y manifiesta la vulnerabilidad de los regadíos

La merma del recurso es cuatro veces superior después del tramo embalsado que en la cabecera

Las reservas invernales de nieve han disminuido entre un tercio y la mitad en las cumbres leridanas

El baix nivell d’aportacions deixa veure l’antic curs del Segre a la cua de l’embassament de Rialb.

El bajo nivel de aportaciones deja ver el antiguo curso del Segre en la cola del embalse de Rialb. - JORDI ECHEVARRÍA

Lleida

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La reducción del caudal de los principales ríos que reflejan los registros de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y el hecho de que esa merma esté siendo claramente superior en la zona baja que en la cabecera, suponen una señal de alarma sobre la vulnerabilidad del regadío en Lleida y la Franja, donde se enfrenta al doble reto de mejorar la eficiencia y acotar la demanda.

El informe de Segimiento del Plan Hidrológico que esta semana ha hecho público la CHE incluye dos datos reveladores del desarrollo de esta tendencia en Ponent. Así, la reducción de los caudales en las cabeceras de dos de los ríos principales, como el Segre y el Ésera, se sitúa en el 4,3% si se compara la media de los últimos seis años (con los dos de sequía) con la serie larga de 1980 a 2012, la utilizada en el segundo ciclo de la planificación hidráulica. 

Pero la merma alcanza una media del 29%, casi siete veces superior, si el punto de referencia se sitúa en la desembocadura del Segre y el Cinca, en Seròs y en Fraga, con mayor impacto en la segunda (-42%) que en la primera (-16%). Eso indica que la presión extractiva es netamente superior, y la disponibilidad de recursos menor, en los tramos de explotación económica (hasta cuatro veces en el caso del Segre) que en los de curso natural, cuya gestión no va acompasada.

El documento apunta algunos otros datos relevantes, como una mayor reducción de las reservas de nieve invernal en sentido este-oeste, lo que apunta a un descenso de la disponibilidad de recursos acusada en las cabeceras de los principales ríos leridanos.

Los máximos del año pasado se quedaron un 33% por debajo de la media del sexenio en el Segre y el Ésera y pasaron del 45% en los Nogueras, situados entre ellos.

El trasvase a Francia desde el lago Lanós aumentó en plena sequía

El trasvase de agua de la cabecera del Segre hacía el río Ariège desde el lago Lanós, en Francia, arrojó el año pasado, el plena sequía, uno de los mayores registros de los últimos años, con un balance de 4,34 hm3 a favor de los receptores cuando el año pasado el saldo había sido favorable al Segre en casi siete. Esas cifras superan la media de la última década, en la que el balance resulta prácticamente equilibrado con un promedio de 0,63 hm3. De las ocho transferencias de la cuenca, solo las de Tarragona y Besaya (Cantabria) superaron la media.

Una “elevada” contaminación desde las grandes áreas de riego

El apartado del informe de seguimiento del Plan Hidrológico del Ebro que la Confederación Hidrográfica del Ebro dedica a la calidad del agua incluye señales de alerta para la demarcación de Lleida. El documento considera “elevada” la “contaminación procedente de los retornos de los sistemas de riego” en el caso del canal de Aragón y Catalunya y en la margen izquierda del Segre, que se corresponde con el Canal d’Urgell. Paralelamente, dos de los nueve muestreos en los que los técnicos del organismo de cuenca han hallado concentraciones excesivas de plaguicidas en el agua se localizan en Lleida, el río Sió en Balaguer y el Corb en Vilanova de la Barca, y otros tres en la Clamor Amarga, el gran colector del Aragón y Catalunya, en Saidí. Hay otro en el Flumen, afluente del Alcanadre, en Sariñena.

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