Municipios de Lleida habilitan zonas o prevén hacerlo para dar sepultura en tierra a musulmanes

Los espacios públicos están constantemente adaptándose a una sociedad cada vez más multicultural a causa de la inmigración. Los cementerios no son una excepción, por lo que ya hay varios en la demarcación de Lleida que tienen zonas reservadas para fallecidos cuya religión no permite los entierros en nichos, como es el caso de la musulmana.

La zona reservada para musulmanes del cementerio de Lleida ciudad, que la Paeria habilitó por primera vez en 2020 ante la imposibilidad de repatriar los cadáveres por la pandemia, ha acogido hasta ahora los entierros de 8 personas y 7 fetos. “Gran parte de los musulmanes prefieren recibir sepultura en su país de origen para descansar con sus antepasados”, explica Abterrafie Ettalydy, portavoz de la asociación Magrebeida. Sin embargo, “muchos otros querrían ser enterrados aquí para que sus familiares les puedan ir a ver fácilmente”, por lo que pide un espacio más digno en el cementerio. “Ahora es una fosa común muy limitada”, valora. La religión islámica obliga a que la persona fallecida reciba sepultura en tierra, solo envuelta en un sudario -lo que choca con la normativa sanitaria catalana- y mirando hacia La Meca. El rito judío también establece el sepelio en tierra, aunque con ataúd. Las comarcas de Lleida acogen a cerca de 55.000 musulmanes.

En el Urgell, el camposanto de Agramunt también cuenta con un área para los musulmanes, donde solo hay una persona enterrada. El ayuntamiento de Bellpuig está en conversaciones con esta comunidad para ver si es viable habilitar una zona en el suyo. El de Tàrrega ya la tiene, pero sin ninguna sepultura. Guissona, el municipio con más inmigración de la província, todavía no cuenta con espacio para los fallecidos de religiones con ritos diferentes a la católica (ver desglose). En Solsona, durante la pandemia se consultó a la comunidad islámica sobre la opción de tener un espacio reservado, y el ayuntamiento afirma que se tendrá en cuenta para una posible ampliación del cementerio. Por su parte, la alcaldesa de Tremp, Sílvia Romero, explica que en el camposanto municipal históricamente había una parte destinada a personas de religión protestante, y que ahora “estamos tratando con las asociaciones musulmanas que puedan tener un espacio, sobre todo para los subsaharianos, que se entierran en el suelo”. Mientras, las dos principales poblaciones de la Litera y el Bajo Cinca, Binéfar y Fraga, respectivamente, no tienen ningún espacio para los que profesan el Islam.