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ALPICAT

Dos negocios de Alpicat alcanzan el centenario

Fusteria Tornos y Autocars Morell llevan abiertos 100 y 101 años, respectivamente, y son las empresas más antiguas de la localidad. Calidad y trato personal, sus principales garantías

Tres generacions de Fusteria Tornos, creada el 1924. Antoni Tornos flanquejat pel seu pare i el seu fill. - AMADO FORROLLA

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Fusteria Tornos es uno de los dos negocios centenarios que mantienen su actividad en Alpicat y que junto con Autocars Morell son los más antiguos de la localidad. Antoni Tornos es la tercera generación de carpinteros y ha seguido la tradición de su padre y su abuelo que llegó de Torralba de los Sisones, en Teruel, para trabajar de encofrador en la presa de Camarasa. Tras construirse el dique, todos los trabajadores tuvieron que marchar. “Mi abuelo quería asentarse en Almacelles, pero al final se quedó en Alpicat, donde abrió su negocio. Mi padre es uno de los cuatro hijos que tuvo y dos continuaron con la carpintería”, asegura Antoni. Antes, el taller estaba ubicado en la calle Major pero con los años se trasladó a la calle Enric Granados. “El negocio es rentable y no temo por que falte el trabajo. Si me lo piden, hago muebles, monto cocinas, parquet, ventanas, puertas y arreglo persianas”. Tiene una pequeña tienda de muebles “que compro y vendo y una exposición”. 

La carpintería es un “negocio de futuro” ya que es una actividad manual y como todas las que precisan habilidad no corren el peligro de ser sustituidas por la inteligencia artificial. “Carpinteros, albañiles, fontaneros y electricistas vamos muy buscados porque lo que hacemos no lo hacen las máquinas”, sostiene Antoni. Tiene un hijo de 12 años: “No sé si tiene madera de carpintero. Me gustaría que siguiera pero es muy pequeño y no se sabe qué camino tomará”.

Isidre Morell i el seu fill en un dels autocars de la seua empresa, creada el 1923. - AMADO FORROLLA

No muy lejos, Isidre Morell dirige Autocars Morell, con 101 años de trayectoria. “Es una empresa que fundó mi abuelo, oriundo de Alpicat, y que luego continuaron mi padre y mi madre y ahora yo”, explica. “Mi abuelo comenzó con 2 autocares y en la actualidad yo tengo 8. El 80% de la actividad son viajes discrecionales concertados con la Generalitat. Los contratos finalizan en 2029 y luego, ya veremos”, indicó. La mayoría son rutas escolares, líneas regulares, servicios a empresas, entre otros”. Destaca que “este es un negocio familiar que no puede competir con grandes empresas porque juegan en otra liga. Somos una firma pequeña e intentamos dar calidad. Un día tenemos poco trabajo y otro la actividad es muy intensa. Tenemos clientes fieles desde hace 30 y 35 años con los que el contacto es directo y para los que estamos activos las 24 horas del día, algo que no tienen las grandes compañías. Conductores y vehículos están cuidados a diario”, explica.

Carpinteros y conductores toda la vida, no temen que la inteligencia artificial acabe con sus profesiones

Morell asegura con tristeza que él es la última generación de la empresa. “Mi hijo no se dedicará al transporte. Tengo 53 años, así que durará hasta que me jubile”.

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