AGUA MEDIO AMBIENTE
La amenaza silenciosa del mejillón cebra en Lleida, que alcanza los 40.000 ejemplares por m²
Los expertos alertan del riesgo de colapso de las infraestructuras de agua de boca y de riego. El molusco llega a obturar tuberías de medio metro de diámetro y a cegar más de un 70% en las de más tamaño
El mejillón cebra, una especie de molusco invasor, está causando graves problemas en las infraestructuras hídricas de la provincia de Lleida. Los expertos advierten del riesgo de colapso en las redes de suministro de agua potable y de riego, ya que este molusco puede llegar a obturar por completo tuberías de hasta medio metro de diámetro y reducir hasta en un 70% la capacidad de las de mayor tamaño.
“La especie puede arruinar una instalación de riego a presión o una red de abastecimiento de agua si no se evita su entrada y/o no se trata de forma adecuada y eficaz”, advierte sobre la expansión del mejillón cebra Antoni Palau, profesor de la UdL y experto en agua que lleva dos décadas investigando la presencia de este molusco en los canales y la red de distribución del Canal d’Urgell.
La CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) confirmó la semana pasada la presencia de ejemplares adultos de esta especie invasora en el embalse de Santa Anna, la “detección reiterada de larvas” en Canelles y la existencia de “indicios de presencia larvaria” en Escales, Oliana y Terradets.
Esa confirmación oficial sobre su grado de colonización de los embalses no significa, en cualquier caso, que la especie se encuentre confinada en los tramos medio y superior de los grandes ríos de Lleida, sino que su presencia está constatada en todos los escalones de los sistemas de regadío, especialmente en el Urgell y el Aragón y Catalunya, y parece evidente en los de distribución de agua de boca.
Desde hace ya unos años, explica Palau, “en los fondos y el litoral de balsas de riego con mejillón cebra fueron habituales concentraciones de entre 10.000 y 40.000 ejemplares por m²”. A eso se le añade que “en conducciones de agua de menos de 50 cm de diámetro la obturación suele ser total”, mientras que “en las de mayor tamaño se puede llegar a pérdidas de carga por obturación del 60% al 70%, incluso más”.
¿Y eso va a ir a más o a menos? La “velocidad de avance dependerá de las condiciones hidrológicas de cada embalse”, anota el experto en agua, que, no obstante, anota que, dada su “capacidad expansiva”, la “distribución de la especie se proyecta a futuro con una expansión que sin duda será constante y exponencial”. “La casuística documentada en otras cuencas, añade, “permite aseverar esa proyección a futuro sin margen de error”.
En ese escenario, “la afectación puede y suele ser total”, algo cuyas consecuencias son el “desabastecimiento y posible aumento de condiciones insalubres en redes de agua potable y, en el caso de los riegos a presión, amplias superficies sin riego, pérdida de producción agrícola y la necesidad de sustituir o acondicionar de nuevo toda la red de tuberías”, señala.
Los efectos principales de sus “poblaciones sedentarias” y de reproducción precoz consisten en “la obturación parcial o total de conducciones de agua de cualquier diámetro” y en “la degradación de paredes y de la propia calidad del agua en depósitos”. ¿Cómo se puede actuar ante esta especie? “El mejillón adulto es muy difícil de erradicar”, explica el experto, que destaca la mayor dificultad en los pantanos “por la complejidad del manejo de grandes volúmenes de agua y las servidumbres de funcionamiento”. En canales y en infraestructuras menores, un “vaciado y secado periódico, al menos una vez al año, puede ralentizar la expansión y acotar sus perjuicios”, añade, pero “si no se actúa de forma inmediata y contundente cuando se detecta, su erradicación es imposible”.
Cómo afrontar la “inevitable convivencia con la especie”
“Colapso” es la palabra con la que Palau define las consecuencias de no actuar ante el mejillón cebra. “Duplicar todas las infraestructuras para sanear las afectadas sin perjudicar la continuidad del abastecimiento es una primera medida estructural importante en la inevitable convivencia con la especie”, explica. “Desecar depósitos y conducciones de agua en determinadas épocas del año es otra medida eficaz”, anota. “El problema -añade- no se resuelve matando la población de la especie porque lo que genera las obturaciones son las valvas del mejillón cebra, que continúan fuertemente fijadas a las paredes”.