INFRAESTRUCTURAS LAS DEBILIDADES
Cangrejos y moluscos exóticos colonizan y dañan depósitos y tuberías en Lleida
Otras seis especies se suman a la amenaza del mejillón cebra para las redes hídricas
almeja asiática. La Corbícula fluminea es un molusco bivalvo e invasor
que altera los ecosistemas y cuyas conchas, al alcanzar los cuatro
centímetros de diámetro, llegan a obturar las conducciones de agua.
cangrejo rojo. El Procambarus clarkii, invasor y de origen americano,
excava taludes de balsas y acequias para refugiarse. De color rojizo y
azulado, llega a medir 12 cm y es letal para el cangrejo autóctono.
fisa. La Physella acuta o Physa es un molusco naturalizado con forma de
caracola que alcanza como adulto 1,7 cm de largo y uno de ancho y que
ha comenzado a obturar tuberías y filtros de redes de regadío.
briozoos. Especies de microorganismos sésiles filtradores, similares a las
esponjas, y bioconstructores: permanecen en el lugar tras morir y forman
un sustrato secundario sobre el que su especie, u otras, siguen creciendo
cangrejo señal. El Pacifastacus leniusculus, exótico e invasor aunque
emparentado con el autóctono de patas blancas, tiene un color marrón
verdoso y es también excavador. Llega a medir 16 cm y a pesar cien gr.
Media docena de especies exóticas de moluscos, cangrejos y esponjas, algunas invasoras y otras naturalizadas, están provocando cuantiosos daños en los depósitos y redes de distribución de agua de riego y de boca en Lleida, al obturar los conductos por acumulación en unos casos y al minar los taludes por excavarlos en otras ocasiones.
No es solo el mejillón cebra: hasta otras seis especies de moluscos, cangrejos y esponjas amenazan la operatividad, y en algunos casos también la estabilidad, de las balsas de riego y de las redes de distribución de agua de regadío y de boca en la demarcación de Lleida.
Se trata de la fisa, una caracolilla de origen norteamericano que ya se encuentra naturalizada y cuya frecuente detección en tuberías y filtros, en abundancia, lleva tiempo generando inquietud en comunidades del Canal de Pinyana como la Junta de Sequiatge.
Aparece “con relativa frecuencia en el tramo medio e inferior del Segre, desde el antiguo pueblo de Tiurana hasta Aitona”, explica Antoni Palau, profesor de la UdL y experto en agua. Destaca que las balsas de riego, con aguas quietas y disponibilidad de alimento por la eutrofización (algo que tambén pasa en los ríos regulados), “generan un hábitat muy adecuado” para esa especie, cuyo control requiere el secado de depósitos y tuberías.
A esta especie se le suman otras dos invasoras cuya proliferación entraña el riesgo de embozar las tuberías en las que arraiga: la almeja asiática y los briozoos, un microorganismo similar a las esponjas que se acumula por capas, generación tras generación, hasta obturar las conducciones.
Los briozoos son “un grupo faunístico apasionante desde un punto de vista biológico, pero con un enorme potencial de afectación a conducciones de riego. Hay pocas dudas sobre la potencial gravedad de su proliferación”, anota el experto. “Este año, tras un 2024 pluviometrica e hidrologicamente húmedo que ha cerrado un ciclo de sequía, puede ser clave para ver qué ocurre con la evolución de las poblaciones y la expansion de las especies de briozoos que estamos siguiendo”, añade.
Junto con estas tres especies de moluscos y microorganismos hay otras tantas invasoras de cangrejos: el rojo y el señal, el primero del sur de EEUU y el segundo del norte de ese país, y el yabbie, procedente de Australia. Los tres desarrollan una intensa actividad excavadora, ya sea para construir refugios o para conseguir alimento, que amenaza la estabilidad de los taludes de balsas y acequias.
Los dos primeros, además, han sido nocivos para la biodiversidad fluvial al introducir el hongo Aphanomyces astaci, “el responsable de la afanomicosis que ha diezmado al cangrejo autóctono”, anota Palau.
El experto no descarta la llegada de más especies invasoras: “Cuanto más se domestica la naturaleza, y eso lo estamos haciendo cada vez más y mejor al aumentar la presión sobre los recursos naturales, más opciones perdemos de proteger los ecosistemas naturales y nuestra propia calidad de vida. Así de simple”. En ese escenario, advierte, al “gran número de especies de plantas, insectos, peces y mamíferos que no deberían estar aquí y que han llegado directa o indirectamente por la mano del hombre” al medio acuático se le añaden “especies autóctonas del todo descontroladas como las plantas acuáticas del cauce del Segre en Lleida”.