ALCARRÀS
El Pou de Gel de Alcarràs, listo para ser visitado
Ya está restaurado en su totalidad y se abrirá en la Setmana Cultural del mes de abril. Datado en el siglo XVII, es el único que conserva las vigas de madera originales en su estructura
Alguaire abrirá al público el Pou de Gel del siglo XVII durante la Setmana Cultural en abril de este año. Este importante patrimonio histórico está ya restaurado, pero todavía no ha sido inaugurado. Solo se ha hecho alguna visita durante las jornadas de patrimonio. Es el único pozo de hielo que conserva las vigas de madera originales de su estructura, “algo que lo hace peculiar”, según indicaron fuentes municipales. Está situado en el talud de la bifurcación de la calle Vista Alegre y la calle Els Timons, en lo que hoy es el sector noroeste de la localidad.
Mantiene las características típicas de este tipo de construcciones. Tiene una planta circular de 7 metros de diámetro, una profundidad en torno a los 9 metros y está excavado en el subsuelo geológico, y forrado después con sillares de piedra perfectamente cortada unidos con argamasa. Según referencias documentales, habría tenido una capacidad de 27.654 palmos cúbicos, medida que corresponde a 204 metros cúbicos.
Las tareas de limpieza del pozo han permitido dejar al descubierto piezas de cerámica, metal y cuero
Lo que hace del pozo de hielo de Alcarràs un elemento singular, distinto a otros documentados hasta el momento, es que en el fondo de la estructura se conserva in situ el sistema de envigado de madera sobre el que se colocaba el hielo. Este es el único documentado hasta el momento en Catalunya, y está formado por 17 troncos procedentes, por sus características, de alguna especie de árbol de ribera común en el territorio. Los troncos, simplemente podados de hojas y ramas largas, se colocaron sobre unos grandes bloques de piedra, distribuidos por toda la base del pozo. Estos troncos, colocados unos junto a otros, no estaban encajados en los muros del pozo, sino que simplemente descansaban sobre las soleras.
Aparte de convertirse en un nuevo elemento turístico y cultural del municipio, los trabajos en la zona permitirán urbanizar el área donde se sabe que se asentó el primer núcleo habitado de Alcarràs. Por último, y más allá de las visitas y obra urbanística que se puedan llevar a cabo, su conservación permitirá explicar el funcionamiento de una actividad con fuerte incidencia económica entre los siglos XVII y XX y que quedó en olvido con la industrialización y la comercialización de refrigeradores eléctricos.
La bóveda que lo cubría no se ha conservado, ya que se derrumbó. Esto provocó que el pozo se utilizara como vertedero de desechos hasta quedar completamente colmatado. Sin embargo, esto ha permitido recuperar un buen número de material durante la intervención como piezas de cerámica y metal y algunos elementos de cuero, principalmente suelas de zapato, y piezas de la bóveda.