Las científicas sientan las bases del futuro

Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada que tiene como objetivo promover la igualdad de género también en el ámbito científico. A pesar de los avances alcanzados, aún hay mucho trabajo por delante, tal y com explica Maite Caus Enríquez, natural de Tàrrega e investigadora del grupo de Investigación Traslacional Vascular y Renal del Institut de Recerca Biomèdica (IRB Lleida).

Para fomentar las vocaciones científicas entre las niñas y las adolescentes, el ayuntamiento de Tàrrega, con la colaboración del IRBLleida, ha puesto en marcha una campaña para visibilizar la aportación femenina en el ámbito científico y a la vez concienciar sobre la brecha de género persistente en el mundo de la ciencia. Por una parte, la concejalía de Ciudadanía i Feminismos ha editado carteles con las biografías de quince mujeres científicas referentes de entre los siglos XIX y XXI, como es el caso de Marie Curie, que fue pionera en el estudio de los elementos radiactivos; o Rosalind Franklin, que estaba detrás del descubrimiento de la estructura del ADN. 

Por otro lado, ha difundido la trayectoría de siete científicas del IRBLleida, entre ellas, dos targarinas: Maite Caus Enríquez y Cristina Pereira Priego, miembro del grupo de Neurociencias Clínicas. Tres de las científicas ofrecen charlas en centros educativos de Secundaria de la ciudad. Además, el 1 de marzo ha programado una obra de teatro: La chica que soñaba.

ENTREVISTA​

Maite Caus Enríquez, investigadora de l'IRBlleida: "En cargos de responsabilidad, aún somos pocas"

¿Faltan mujeres en el ámbito científico?

Creo que poco a poco se está equilibrando y cada vez somos más mujeres científicas. Pese a todo, aún faltan. Se estima que el 40% del personal investigador somos mujeres. Cabe destacar que depende de las áreas de investigación. En el ámbito de la salud, en las primeras etapas de la carrera investigadora, hay más mujeres que hombres, pero a medida que avanza la carrera investigadora y en las posiciones de más responsabilidad, la mayoría son hombres, un 70%, de modo que aún hay trabajo por hacer.

¿A qué lo atribuye?

Hay muchos motivos diferentes: la falta de referentes femeninas en el ámbito de la investigación, el hecho de que los derechos de las mujeres en la educación han llegado tarde y también la falta de conciliación, que hace que muchas mujeres a medida que avanza su carrera científica, acaban dejándola.

¿Cómo animaría a fomentar esta vocación entre las jóvenes?

En este sentido, los docentes tienen un papel fundamental, desde las aulas pueden transmitirles inquietudes y ganas de conocer más la ciencia. También desde los institutos de investigación es importante hacer esta divulgación ciudadana. En el IRBLleida se hacen continuamente talleres a estudiantes de la ESO para que estén en contacto con la ciencia, hagan experimentos y visiten laboratorios, creo que son muy positivos porque sirven para acercar más la ciencia a la ciudadanía y en especial a los jóvenes.

Precisamente estos días imparte charlas a institutos de Tàrrega junto a alguna compañera. ¿Cómo las valora?

Pienso que estas iniciativas son muy positivas y la valoración es muy buena ya que las charlas en el último curso de la ESO o en Bachillerato, que es cuando tienen que escoger su futuro, es bueno escuchar a alguna persona externa y conocer las salidas profesionales.

¿En su caso, por qué apostó por la ciencia?

Lo tenía claro, me gustaba el ámbito sanitario pero no la medicina y decidí estudiar el grado de Biomedicina en la Universitat de Lleida (UdL).