La riada de Santa Tecla genera interés

“La rubinada de Santa Tecla de 1874 es una de las riadas más extensas y que ocupa una superficie más elevada con daños y con caudales máximos que hemos podido encontrar de los últimos 500 años en el interior de Catalunya”, afirmó ayer Carles Balasch, profesor honorario de la Universitat de Lleida (UdL), en la conferencia ofrecida en Tàrrega en el marco del ciclo de charlas dedicadas a la rubinada de Santa Tecla coincidiendo con su 150 aniversario. Balasch indicó que “Tàrrega fue el epicentro de los hechos” y el municipio más afectado, con más de 200 víctimas mortales y numerosos daños materiales.

A pesar de ello, tanto Balasch como el director técnico del Museu Tàrrega Urgell, Oriol Saula, revelaron que la rubinada de Santa Tecla de 1874 no es la más grave que ha sufrido Tàrrega a lo largo de la historia, sino que fue aún peor la de la Guerra dels Segadors de 1644, con más de 300 muertos y el agua llegando a 3 metros de altura como recuerdan unas marcas en la plaza de Sant Antoni, mientras que la de Santa Tecla se quedó en los 2 metros, como también dejan patente tres placas en diferentes calles de la ciudad como la de Sant Agustí o la de les Piques. Saula afirmó que “Tàrrega cuenta con uno de los patrimonios más importantes en el Estado de marcas de riadas y de inundaciones a lo largo de la historia”. El director técnico del Museu Tàrrega Urgell dijo que los datos de esta riada están documentados en un libro de Josep Salvadó i Burló que “explica vivencias y desgracias de las personas que sufrieron esta rubinada. Es un libro realmente estremecedor que narra unos momentos trágicos que vivió la población de Tàrrega”. Saula también apuntó que “tras esta riada se construyó una nueva muralla porque las que habían aguantado desde la época medieval, el siglo XIV quedaron devastadas y se hizo una nueva muralla con la piedra de la antigua y aprovechando también la piedra del antiguo convento de Sant Agustí que también quedó totalmente derribado por la fuerza del agua de 1874, algunos barrios como el de Sant Agustí también quedaron completamente arrasados”. El director técnico del Museu Tàrrega Urgell fue explicando todos estos detalles a los numerosos visitantes durante el recorrido guiado que ofrecieron por algunas de las calles más afectadas por la rubinada de Santa Tecla acompañados por la Associació Guixanet y el Cacauero, personaje que crearon el 2015 en recuerdo a Pau Farré, vecino de Tàrrega que en la riada de 1874 salvó la vida a 45 personas nadando. Por su parte, la alcaldesa de la capital del Urgell, Alba Pijuan, reconoció que “esta rubinada afectó al crecimiento urbanístico de la ciudad y sigue afectándonos”.