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MALDÀ

Las alternativas de vivienda contra la despoblación

Piden a las administraciones tener en cuenta los modelos cooperativos y crear un marco de seguridad. Maldà, ejemplo de diferentes formas de acceso

La cooperativa de vivienda L’Era del Mussol ha habilitado viviendas en una antigua granja de pollos. - LAIA PERÓS

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Ruralitats Comunitàries, proyecto formado por diferentes cooperativas como Al centro la vida de Maldà, trabaja con modelos alternativos de vivienda para frenar la despoblación gradual que sufren las zonas rurales. Uno de sus miembros, Sebastià Matà –de Al centro la vida de Maldà– explica que “estas fórmulas alternativas de acceso a la vivienda quieren contraponerse al modelo actual de acceso a la vivienda a través del mercado especulador, basado en un interés económico y que deja de lado la función social de la vivienda”. Para Mata, “estos modelos alternativos garantizan que la vivienda sea un derecho”.

Los principales problemas que se encuentran son que “aún tenemos un marco mental como sociedad en el que nos falta problematizar más el tema de la vivienda fuera del mercado especulador, es decir, nos falta analizarlo en profundidad, en especial si la propiedad privada tiene que estar por encima del derecho” y que “nos está costando mucho agilizar este tema con las administraciones”, destaca Mata. En este sentido, hace un llamamiento a “fomentar el acceso a la vivienda digna y a poner el foco en las problemáticas reales que hacen que el acceso a la vivienda actual no sea digno, así como qué alternativas tenemos para aplicar, las cuáles salen de nuestros marcos mentales, hecho que genera miedo e inseguridad pero que la administración tiene el deber de generar este espacio de seguridad para ofrecer estas alternativas”. Mata se muestra convencido que si se apoyan estos modelos alternativos de acceso a la vivienda se conseguirá frenar la actual despoblación rural que está dejando morir muchos pueblos. En este sentido, comenta que “los pueblos rurales sufren una derivada de la desidia del mercado inmobiliario que no ve un interés lucrativo en estas casas, las deja morir y caer, y esto genera el agravio de que nuestros pueblos se van degradando urbanísticamente y tampoco dan respuesta a las necesidades de vivienda existentes que precisamente buscan éstas fórmulas alternativas”.La esperanza de Ruralitats Comunitàries son los jóvenes. Según Mata, “hemos planteado una forma de divulgación para llegar especialmente a los jóvenes, que tienen angustia para el acceso a la vivienda y nosotros creemos que les podemos acompañar con estas alternativas”.

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