Un pesebre abierto a todos

Las calles de Prullans se ha convertido un año más en un Pesebre Viviente. Más de 2.500 personas se pasearon durante el fin de semana por las calles de esta pequeña población de la Cerdanya, que cuenta con apenas 270 personas empadronades. Lo hicieron para disfrutar de la decimoctava edición de de la tradicional escena, que se celebró los dos días y en la que participaron más de un centenar de personas de todas las edades, la gran mayoría, vecinas del municipio pero también de otros pueblos e incluso veraneantes.

La tradición es única en toda la comarca, según explicó ayer Josep Isern, portavoz de la organización del belén. “La actividad empezó hace más de 25 años, pero exclusivamente como feria de pesebres y de artesanos, y evolucionó con el pesebre viviente hace casi 20 años”, “no parábamos de escuchar que el pueblo parecía un pesebre y nos animamos”, añadió.

Los tradicionales cuadros se celebran desde hace 18 años y la feria popular llegó a su edición número 26

El núcleo antiguo del municipio se llenó de recreaciones de escenas, que mostraron hasta el último detalle para acercar al público al momento histórico del nacimiento de Jesús según la tradición cristiana. Isern apuntó a que en total se representaron 14 cuadros y entre ellos destacó los de la Anunciación, los Pastorets alrededor de fuego, el Nacimiento, Herodes, el caganer, los Tres Reyes Magos de Oriente o la Sagrada Familia.

El recorrido se centró en las calles más próximas a la iglesia de Sant Esteve y combinaron la representación del nacimiento de Jesús con una Feria de Pesebres y Artesanos, que este año llegó a la vigesimosexta edición, con el objetivo de ofrecer a los visiantes una experiencia 100% inmersiva. Destacaron las paradas en la plaza de la Cerdanya con productos relacionados con la Navidad.