PATRIMONIO TEMPLOS
La nueva cara de Sant Martí
La iglesia de Sant Martí luce desde hace un par de meses su renovada portalada sur, pero fue ayer cuando el templo inauguró oficialmente la restauración que ha llevado a cabo de esta pieza, una de las que reclama Aragón en el litigio del arte con Catalunya. Y es que la portalada es originaria de El Tormillo (núcleo de Peralta de Alcofea) y llegó a Lleida a finales del siglo XIX. “El obispo Meseguer la adquirió para salvarla de la ruina en la que estaba”, recordó ayer durante el acto de inauguración Àngels Solé, directora del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, que ha dirigido la intervención. Y es que la portalada presentaba importantes problemas de degradación. “Llevaba aquí más de 100 años y ya estaba muy deteriorada, así que había que restaurarla para conservarla dignamente”, explicó Salvador Giménez Valls, obispo de Lleida. Y para que se quede en la ciudad. “Hay cosas que son irreversibles. No podemos estar cambiando las piezas de lugar. Soy partidario de cumplir lo que nos digan las autoridades, tanto eclesiásticas como civiles”, aseguró Giménez. Sobre ello también se pronunció el delegado del Govern en Lleida, Ramon Farré. “Estamos sometidos a las leyes del Parlament. Enfrentamientos ninguno, pero la Generalitat tiene la obligación de cuidar lo que tiene catalogado”, afirmó. “Nos asiste tanto el derecho moral como el positivo. Se tiene que quedar aquí”, dijo el alcalde de Lleida, Àngel Ros.
Subvencionada por el departamento de Cultura y llevada a cabo por el Centre d’Art d’Època Moderna (CAEM) de la UdL, la restauración ha costado 19.000 euros (11.400 de la diócesis y la parroquia y el resto, de la Generalitat). Se inició en junio de 2015 y concluyó el pasado mayo, tras suspenderse en varias ocasiones por la climatología.
Importante deterioro por culpa de la piedra arenosaLa piedra arenosa con la que está construida la iglesia de Sant Martí está detrás de los principales problemas sufridos por el templo, que presentaba un deterioro natural característico de este tipo de material. Diversos deprendimientos que amenazaban la integridad llevaron a sus responsables a proyectar una restauración de la iglesia, construida entre los siglos XII y XIII y que, entre otros usos, ha sido prisión y cuartel militar. Los trabajos de restauración de la portalada románica se han centrado principalmente en la limpieza de la portalada a través de un sistema láser que ha permitido mantener una capa de pintura que se le dio en su día como protección. También se ha buscado consolidar la estructura con la fijación de las juntas y se ha restituido la primera de las columnas de la izquierda. Durante el proceso también se retiró el nido de cigüeñas situado encima de la portalada y que se ha colocado sobre la nave.