Jaume Pont homenajea a Benet Rossell en su último poemario

Sugerir, inspirar, evocar, aludir... Todo esto es lo que provoca el nuevo poemario de Jaume Pont (Lleida, 1947), Càntic d’ombres, que en las próximas semanas publicará la editorial valenciana Perifèric. Se trata de una serie (renga) de una setentena de haikus y tenkas (poemas tradicionales japoneses) escritos por Pont en los últimos dos años reunidos en un volumen que resulta doblemente poético. Y es que Càntic d’ombres está ilustrado con diez ‘benigrafías’, es decir los característicos dibujos en tinta china y de carácter oriental de Benet Rossell (Àger, 1937-Barcelona 2016), con lo que se convierte en el primer libro que lleva la firma del artista de multidisciplinar después de su muerte, el pasado mes de agosto. Es asimismo, la segunda colaboración entre ambos creadores –que se profesaban admiración mutua– después del poemario L’altra llum (Pagès Editors) publicado en 2014.

“Siempre me ha tentado mucho más esta poesía sintética que prima la sugerencia a la descripción” explicó el poeta a SEGRE, mientras recordaba que no era la primera vez que se adentraba en este género. De hecho, entre sus autores de cabecera se encuentra Matsuo Basho, el poeta más famoso del período Edo de Japón y uno de los cuatro grandes maestros del haiku. El libro “está planteado como un viaje impulsado por el deseo, un camino de iniciación que no tiene fin, como el deseo mismo”, advierte el autor. El lector puede interpretar la temática de los versos de Càntic d’ombres desde la perspectiva de poemas que hablan del amor, pero también del hecho poético, señaló Pont, aunque “también es muy importante la contemplación de la naturaleza” como resulta habitual en toda la filosofía oriental.

La muerte de Rossell el pasado agosto convierte este volumen en un homenaje al artista de Àger. “El libro está dedicado a él”, explica Pont mientras añade que la idea de pedirle colaboración surgió con L’altra llum, una antología de poemas de Pont que ya estuvo ilustrada con dibujos del escultor del Arbre paer, que puede verse en la plaza Bores de Lleida. “Benet [Rossell] creo que era un artista muy poético y yo siempre me he considerado un poeta plástico”, explicaba Pont. “Cuando se lo pedí no dudó ni un segundo, su generosidad fue enorme y por ello, entre otras cosas, creo que merecía que le dedicase el libro” explicaba el autor de Vol de centres, que ya está trabajando en un nuevo poemario.