CULTURA
Aniversario del legado del Urgell
El Museu Comarcal de Tàrrega celebra 35 años de su constitución, en 1981 || Culmina hoy un fin de semana repleto de actividades pedagógicas, lúdicas y familiares
Tàrrega culminará hoy la celebración del 35 aniversario del Museu Comarcal de l’Urgell con un amplio programa desde el viernes de actividades pedagógicas, lúdicas y familiares para poner en valor el patrimonio histórico, arqueológico y artístico que custodia el centro, ubicado desde 1994 en el antiguo edificio señorial de Cal Perelló.
El Museu Comarcal de l’Urgell en Tàrrega comenzó a caminar hace más de tres décadas de la mano del político y entonces alcalde de la ciudad Eugeni Nadal, inspirador también en aquellos años de la Fira de Teatre al Carrer. En plena época de la transición, el centro cultural fue el primero de la Xarxa de Museus Comarcals de Catalunya. El convenio para su creación se firmó el 20 de noviembre de 1981 –hoy precisamente se cumplen 35 años– con el entonces conseller de Cultura, Max Cahner. Pero las bases para aquella red museística se empezaron a diseñar unos años antes. Así, tuvo especial relevancia una reunión en el Institut d’Estudis Ilerdencs de 1978 en el transcurso de una asamblea de los museos de Catalunya. El Museu de Tàrrega, creado por el consistorio en 1954, estaba representado por su director, Joan Tous. Aquel encuentro puso la primera piedra. En la época de la transición, los museos –igual como con el resto de los ámbitos de la cultura catalana– debían reinventarse: inventariar, musealizar, acondicionar... Fue un proceso lento. De hecho, si bien el convenio con Tàrrega se firmó en 1981, el museo no abrió sus puertas en su actual sede de Cal Perelló hasta 1994, en pleno mandato del alcalde Frederic Gené. Casi trece años de espera para la rehabilitación de este edificio señorial del siglo XVIII y la puesta en marcha del nuevo equipamiento. Un arranque lento y complicado, que también significó una constante labor de reinventarse para hacerse atractivo. En Cal Perelló se acabaron concentrando los contenidos que habían ‘viajado’ por todo un periplo dentro de la ciudad de Tàrrega, desde los bajos del ayuntamiento, pasando por el Palau dels Marquesos o la misma Casa de Cultura de la calle de Les Piques.
En la actualidad, el edificio acoge cuatro exposiciones permanentes. Por un lado, las salas nobles de Cal Perelló muestran cómo era una casa señorial del siglo XVIII, que fue remodelada en 2014. Por otro, la exposición sobre los íberos en el Urgell, que expone proyectos arqueológicos de diversos yacimientos de la comarca; la exposición del artista Antoni Alsina Amills, y el legado del genocidio judío del Call de 1348 completan la oferta museística. Esta última sala, inaugurada en 2014, documenta la matanza de más de 300 judíos en la ciudad en 1348, una de las mayores de Europa en la época. La colección también incluye las esculturas de cinco de los apóstoles que ornamentaban la antigua iglesia románico-gótica de la capital del Urgell. Con todo, la actividad del museo de Tàrrega es visible en toda la ciudad. Este es el caso del yacimiento de la curtidoría del Molí del Codina, visitable durante todo el año, o los trabajos en los yacimientos ibéricos del Pla de les Tenalles, en El Talladell; de Els Estinclells en Verdú o del Molí d’Espígol en Tornabous. La última proyección puertas afuera del museo ha sido el trabajo realizado en la antigua fábrica de Cal Trepat, una exposición que muestra cómo se desarrolló la mecanización del campo durante el siglo XX.
El museo se constituyó en 1981 aunque no abrió sus puertas en su actual sede de Cal Perelló hasta 1994
Además, el Museu Comarcal ha sido una fuente constante de publicaciones, casi ya un centenar de volúmenes, entre los que destaca la revista Urtx, que con 30 números es una fuente de difusión de la historia en la que han publicado sus trabajos de investigación más de 300 historiadores y colaboradores de diversas especialidades.
Para celebrar los 35 años, el Museu Comarcal ha organizado un fin de semana de celebraciones para poner en valor el patrimonio histórico, arqueológico y artístico que custodia el centro mediante actividades pedagógicas, lúdicas y familiares. Comenzaron el viernes con una conferencia sobre la trayectoria histórica de este equipamiento cultural, a cargo de su director, Jaume Espinagosa, y el adjunto a la dirección, Oriol Saula.
Ayer, los vecinos de Tàrrega pudieron disfrutar de un singular Museu al Carrer, una actividad divulgadora en la que más de una veintena de piezas de la colección museística se trasladaron hasta diversos escaparates comerciales del centro de la ciudad. La iniciativa gustó y fueron muchos los curiosos que siguieron toda la ruta para descubrir las diferentes obras que, en la mayoría de casos, se eligieron especialmente para cada tienda. Así, en Esports Vilamajó y en Intersport se exhibieron, respectivamente, un juego de bolos de finales del siglo XIX y la escultura Atleta, obra del artista Antoni Alsina en 1918, de la que hay una réplica en el Parc de Sant Eloi. La clínica dental Enéresi mostraba un cráneo humano hallado en una excavación en el Convent dels Agustins, mientras que en la joyería Casanelles se podía ver un anillo encontrado en la necrópolis judía de Les Roquetes. Otras piezas expuestas en los escaparates fueron un capitel de un ventanal gótico hallado en el Molí del Codina y un capitel románico de la capilla de Santa Anna, entre otras. Durante la jornada se organizó una visita guiada comentada por este Museu al Carrer, así como un concurso de localización de ‘tesoros’ expuestos y una gincana familiar en la que los participantes tenían que descubrir curiosidades históricas de la ciudad.
Hoy domingo, el aniversario culminará con una visita guiada al Pou del Gel (10.30 h), un taller infantil y juvenil de arqueología (12.00) y dos espectáculos: un cabaret pagès con L’Esperanceta (12.00) y concierto con el grupo Perifèrics (13.30).
Actividades para toda la familia, el reto para aumentar visitantes Es evidente que los espacios museísticos han cambiado mucho en 35 años, y también el propio público. Por ello, los responsables del equipamiento museístico de Tàrrega buscan estrategias nuevas para aumentar el número de visitantes. El director, Jaume Espinagosa, y el adjunto a la dirección, Oriol Saula, reconocen que “los museos tienen que ingeniárselas para captar nuevo público” y, en este sentido, ahora “tienen una buena acogida las actividades lúdicas destinadas a un público familiar, lo que permite involucrar a todos los miembros de la familia” aumentando así el número de visitantes y, en el caso de los niños, creando público para el futuro.