PATRIMONIO INVESTIGACIÓN
Arte gótico del XIV por 4.250 pesetas
Poco más de 25 euros, un total de 4.250 pesetas fue lo que consiguió en 1906 el párroco de Torà Agustí Graells por la venta de las dos esculturas yacentes de los barones de Cardona, del siglo XIV, que formaban parte de los sepulcros de esta familia noble en la iglesia de Sant Gil de esta localidad de la Segarra. Como informó ayer SEGRE, las esculturas han sido ahora localizadas en el Bode Museum de Berlín por la historiadora Francesca Español, que ayer por la tarde tenía previsto ofrecer una conferencia en el Institut d’Estudis Catalans sobre este hallazgo. Con las 4.250 pesetas, Graells pudo sufragar la reparación del reloj del campanario, como consta en el archivo parroquial de Torà y en el volumen de la Historia Civil i Religiosa de la Vila de Torà, de Jaume Coberó. Las esculturas fueron adquiridas por un anticuario de Barcelona, David Fernández, pero no fue una operación fácil. Otro anticuario de Lleida impugnó la venta, según informaban en agosto de 1906 los periódicos El Ideal de Lleida y El Diluvio de Barcelona. Al final, el gobernador civil Marcial María del Rincón aprobó una operación, que se sumó a la polémica generada en todo el país en aquellos años por la compra-venta de patrimonio religioso. Así, según explicó el historiador y actual párroco de Torà, Fermí Manteca, “en el boletín de la comisión de Monumentos Históricos de Navarra de 1914, el ministerio de la Instrucción Pública fijó medidas para impedir que se venda este patrimonio, y ponía como ejemplos las operaciones del conjunto funerario de Torà y la venta unos años antes, en 1894, de la tumba de los condes de Urgell en Les Avellanes por parte de Agustí Santesmasses”.
Sin embargo, en 1909, apenas tres años después de la venta de estas dos esculturas que tapaban los sarcófagos, se vendió también el bajo relieve de piedra que decoraba el lateral del sepulcro, que hoy en día se exhibe en el Walters Art Museum de Baltimore, en Estados Unidos, adonde llegó como procedente de “Francia” porque, según Fancesca Español, “era una forma de aumentar el precio, ya que una obra medieval resultaba más apreciada si era de origen francés”. Cabe destacar que la Associació del Patrimoni Artístic i Cultural de Torà intentó hace años sin éxito ponerse en contacto con el museo estadounidense para gestionar un posible retorno de la pieza.
Un linaje nobiliario aún presenteLa huella del linaje de los Cardona es muy amplia en toda la Segarra, el Solsonès y el Urgell. En Torà aún se alza una mansión señorial de los Cardona en la calle Sant Sebastià, muy cerca de la iglesia. Se trata de un gran edificio gótico, propiedad actualmente de una familia de Barcelona. Sant Ramon Nonat, de El Portell, pertenecía a esta familia, dueña del ‘señorío’ de Tarroja de Segarra o impulsora también del retablo de Ivorra.