Doctor Music Festival. Crónica del domingo.
Lou Reed hace vibrar tras un Bowie distante
Iggy Pop enloquece con el público
Lou Reed dejó ayer boquiabierto a más de uno mientras David Bowie, que se mostró distante y parco en su actuación del viernes por la noche, tardó más en sintonizar con los presentes. Sin abandonar el hieratismo que le caracteriza, Reed apareció pálido y envejecido y como es habitual en él no llegó a esbozar ni una sonrisa, aunque su sencillez y falta de pretensiones cautivaron a un público que se entregó por completo.
Por su parte a Bowie le costó hacerse con las simpatías del respetable, aunque no por ello los 25.000 espectadores que abarrotaban el escenario Espot dejaron de disfrutar de un concierto que duró 90 minutos, media hora menos de lo previsto. Sin embargo, a medida que "el Duque" se introdujo en el recital fue animándose su intervención. Y es que es difícil que hoy en día Bowie logre congregar a una masa de público de tal envergadura como hizo durante su época dorada.
Bowie, que pidió a los organizadores del festival un coche para desplazarse del escenario a su camerino, separados por unos 100 metros, manifestó que ésta había sido la mejor actuación de su actual gira.
Otra de las estrellas del festival, Iggy Pop, enloqueció con el público y en la tecera canción se tiró des del escenario sobre los asistentes, que obligaron a los servicios de seguridad a acudir a "rescatar" al artista de entre la multitud.
Más actuaciones
Por su parte, ya en la madrugada del sábado, los brasileños Sepultura demostraron que lo suyo es encandilar al personal con una filosofía de otra dimensión, mientras que la formación británica Suede, con un Brett Anderson endiosado a la cabeza, se mostró contundente y avanzó seis temas de su próximo trabajo.
En la Carpa Dance, Morcheeba protagonizó una actuación cargada de ritmo mientras en el escenario Guingueta la intervención de Moby aparcó el estilo tecno para ofrecer un concierto lleno de "hardcore" y rock americano.
Los horarios, que se cumplieron a rajatabla, sólo se los saltó involuntariamente el artista Angel Celada, que se perdió durante dos horas por las carreteras del Pallars.
Comediants
Otra intervención que hizo los delirios del público ayer por la tarde fue la de la compañía teatral Comediants, cuyos integrantes protagonizaron una larga actuación de más de siete horas con la que recorrieron todo el recinto alegrando el día a los presentes, que tras horas de juerga siguen entregándose a todas las actuaciones en busca de más fiesta.
A la caza de un recuerdo
Los puestos de venta de gorras, mecheros, gafas y camisetas están haciendo su "agosto" ya que la gente compra estos objetos de forma desaforada. Todos quieren tener un recuerdo de su participación en el Woodstock del Pallars.
"Marcha" durante toda la noche
A pesar del gran número de conciertos programados, el público que ha acudido a Escalarre todavía tiene ganas de "marcha". La Carpa Dance, que sirve de discoteca, se ha llenado cada madrugada al acabar la última actuación de la jornada.
El reciclaje de vasos, sin premio
La organización suspendió el premio de 1 DOC para los que recogieran 15 vasos de plástico para su reciclaje. "La gente vaciaba los contenedores y cada vaso se reciclaba 4 veces", dijo Neo Sala. El próximo año la organización cambiará el sistema.
Trabajo para los médicos
Un total de 445 personas habían sido atendidas hasta las 12.00 horas de ayer por los servicios médicos. Sólo cuatro han tenido que ser trasladados al hospital. Se han registrado cinco intoxicaciones etílicas y una sobredosis de ácidos.
El público del festival invade el valle
Segunda jornada tranquila, con calor y lluvia a última hora, y con nuevos colapsos
Una auténtica riada humana. Eso era lo que los vecinos de Esterri se encontraron en sus calles, bares, comercios, plazas y cualquier rincón desde primera hora de la mañana. Muchos jóvenes abandonaron durante unas horas el "cuartel general" de la movida para tomar algo caliente, aprovisionarse de bebida y comida o dar buena cuenta de las cremas solares y repelentes de mosquitos de toda la zona. Muchos restaurantes se quedaron sin pan y otros alimentos en cuestión de horas. Todo el valle ya formaba parte de la macromovida.
El ambiente del festival invadió ayer durante varias horas las poblaciones vecinas de Les Valls d'Àneu, especialmente Esterri, que se vio literalmente "tomada" por los jovenes asistentes. Desde buena mañana, se podían ver hileras de mochileros que se dirigían a pie a los bares y establecimientos de Esterri para desayunar y aprovisionarse convenientemente de comida, bebida, protección solar y cremas antimosquitos, sobre todo ante las colas que se forman en los "chiringuitos" del recinto, donde ayer empezaban a escasear algunos de los víveres más solicitados. En este sentido, la organización tuvo que ir con tráilers a por más alimentos y bebidas para garantizar la demanda. El mayor colapso, sin embargo, lo vivió el valle a la hora del almuerzo. Restaurantes, bares y establecimientos hoteleros, no sólo de Esterri sino también Escaló, La Guingueta o Espot, no daban abasto ante la avalancha de clientes y en más de uno se formaron colas para coger mesa. Ninguna plaza, terraza o rincón escapó de la "invasión" de los que por unas horas se escaparon de la movida pop-rock. Todo ello bajo la atenta supervisión de los agentes de la Guardia Civil, que se encargaron de controlar el tráfico en la travesía de la C-147 para evitar en lo posible las retenciones. Sin embargo, Escalarre recobró buena parte de sus "ovejas descarriadas" a partir de las siete de la tarde atraídas por el impresionante cartel: Lou Reed, Iggy Pop y, poco después de medianoche, los ingleses Blur.
El tiempo acompañó durante toda la jornada, dominada, al igual que el día anterior, por un intenso calor que se hizo más soportable a medida que pasaban las horas. Poco después de las nueve de la noche cayeron cuatro gotas que los asistentes ni notaron. En el interior del recinto, predominaron de nuevo las colas, el polvo y los mosquitos, entre las riadas multicolores de gente.
