“Suprimir los acentos diacríticos no empobrece la lengua”

“Más matices y flexibilidad y sobre todo detallada, en el sentido que a la hora de establecer la norma es descriptiva. Esto significa que estudia bien la forma general de hablar, pero también los dialectos y decide si es adecuado utilizarlo en el lenguaje formal o resulta preferible dejarlo para el ámbito dialectal”. Así explicaba ayer a SEGRE la lingüista Gemma Rigau las incorporaciones de la nueva Gramàtica de la llengua catalana (IEC) una obra de la que Rigau es codirectora y que en sus casi 1.500 páginas no modifica sustancialmente la norma, sino que la matiza y busca normalizar todos los dialectos. Rigau acudió a Lleida a presentar la Gramàtica, así como la Ortografia Catalana en un Saló Víctor Siurana de la UdL lleno de profesores tanto de Secundaria como vinculados al departamento de Política Lingüística, además de alumnos. La también filóloga Mila Segarra, miembro del grupo de trabajo de la nueva Ortografia catalana, negaba que los cambios, como la polémica supresión de los diacríticos, dejando solo 15 de los 150 anteriormente existentes, suponga un empobrecimiento de la lengua. “Las modificaciones son para adaptar la ortografía a los nuevos tiempos”, afirmó, antes de señalar que “la mayoría de quienes hablan de empobrecimiento es porque lo ven como una pérdida al saber que había 150 diacríticos, pero no empobrece”, concluyó. El acto estuvo conducido, entre otros, por el delegado del IEC en Lleida y profesor de la UdL, Ramon Sistac y el director del departamento de Filología Catalana i Comunicació de la UdL, Miquel Pueyo.