PATRIMONIO CONSERVACIÓN
Final a un año de obras en la catedral de La Seu d’Urgell
Tras un año de obras, la catedral de Santa Maria de La Seu d’Urgell vuelve a estar ya libre de andamios. La restauración del conjunto catedralicio arrancó en marzo del año pasado, promovida por el Instituto de Patrimonio Cultural de España en el marco del Plan de Catedrales, con un presupuesto en torno a los 685.000 euros. Los trabajos llevados a cabo por técnicos y especialistas de la firma Urcotex SL de Barcelona han consistido en garantizar la estanqueidad de las cubiertas del ábside, el cimborrio y las torres del templo, así como la restauración del claustro (en la foto) y de la cubierta de la iglesia adyacente de La Pietat. La intervención ha incluido la construcción de canales y bajantes para la recogida de aguas pluviales y la restauración o sustitución de los forjados de cubierta, así como del alero y ménsulas de madera de La Pietat. Asimismo, se ha construido una galería ventilada; se ha llevado a cabo una nueva pavimentación en la zona ajardinada de la fachada norte, y se ha restaurado el enlucido en las bóvedas de los campanarios, escaleras y estancias. El equipo de restauradores ha trabajado también en la limpieza de todas las impurezas de los elementos arquitectónicos del claustro, entre ellos los cincuenta capiteles y sus columnas. También se ha aprovechado para solucionar las humedades detectadas en el exterior de este conjunto monumental, declarado monumento histórico-artístico de interés interés nacional en 1931.
La catedral de Santa Maria de Urgell, la única íntegramente de época románica de Catalunya, fue comenzada por Sant Ot entre los años 1116 y 1122, aunque el impulso definitivo al edificio lo recibió a partir del año 1175, cuando el maestro de obras Ramon Lambard se comprometió en el plazo de siete años a coronar la obra, cerrar las vueltas y levantar los campanarios, el cimborrio y las torres. A lo largo de los siglos, la catedral incorporó añadidos de acuerdo con los diferentes gustos de cada época. Eso sí, las cuatro restauraciones efectuadas a lo largo del siglo XX (la última entre 1996 y 1999) la ‘liberó’ de estos añadidos.