«Me he pasado al otro lado, prefiero escribir y dirigir que hacer de actriz»

La popular actriz y directora Sílvia Munt (Barcelona, 1957) está al frente de la miniserie televisiva de dos capítulos Vida privada, basada en la novela homónima de Josep Maria de Sagarra, que TV3 estrenará en 2018. Tras grabar escenas en la Segarra y Lleida, el Magical Media tomará protagonismo en la postproducción. El martes y el miércoles rodó en una casa modernista de la calle Major.

¿Qué le sedujo más de este proyecto?

Cuando me lo ofrecieron fue como un sueño porque Vida privada siempre ha sido una novela que me ha gustado mucho. Es un pastiche de personajes maravillosos. Una historia que tiene el don de atraparte. Un novelón que va describiendo de una manera muy inteligente toda una jauría humana, un abanico de personalidades muy contradictorias, a veces perversas.

Sagarra la publicó en 1932. ¿Ha aguantado el paso del tiempo?

Sí, sí, porque es importante saber de dónde venimos. Sagarra describió de forma magnífica una sociedad acomodada de finales de los años 20 que había vivido del cuento desde hacía más de doscientos años, una belle époque que se caía y que ponía en evidencia el cambio social enorme que estaba a punto de llegar, que era la República.

¿Se imaginaba grabar en Lleida?

Cuando supe de la posibilidad de coproducir la miniserie con Lleida, vinimos en seguida a buscar localizaciones porque nos interesaba rodar en mansiones como las casas Duran i Sanpere y Dalmases de Cervera, la casa modernista en la calle Major de Lleida o el paisaje rural y el castillo de la Segarra. Todo esto nos lo ofrecía Lleida de forma muy notable.

Lleida está apostando por la industria audiovisual con un centro de producción como el Magical Media y la reciente creación del Centre Experimental de la Cinematografia de Catalunya. ¿Ve posible descentralizar la producción audiovisual de Barcelona?

Cuando comencé a venir a Lleida para hablar de este proyecto con el alcalde, Àngel Ros, siempre comentamos que la asignatura pendiente de Lleida en el sector cultural era el audiovisual. A una hora de tren y con la saturación de rodajes que hay actualmente en la ciudad condal, creo que es un muy buen momento para salir de la ‘madre’ Barcelona y descentralizar esta industria audiovisual. Pero hace falta mantener el interés y el apoyo para que no sea flor de un solo día.

¿La participación de las cadenas de televisión resulta imprescindible para sacar adelante un producto audiovisual?

Totalmente. Hoy en día no puedes levantar una película si no te la compra una televisión, aquí y en todo el mundo. Estamos entrando dentro de otra etapa que, nos guste o no o diga lo que diga Almodóvar, significa que el mundo audiovisual se mantendrá siempre que las televisiones estén muy implicadas y con un espíritu de calidad en lo que se hace, con productos para venderlos en Catalunya y también en todo el mundo.

¿Esta miniserie puede tener vida fuera de las fronteras de Catalunya?

Yo creo y deseo que sí, porque es una historia de personajes, que nos conmueve. Como las series históricas inglesas o americanas, que son las que se venden por todo el mundo.

Hace muchos años que no se pone frente al público actuando.

No lo añoro en absoluto y, si tengo que escoger, siempre elegiré rodar un documental o dirigir teatro o una película de ficción. Ya me he pasado al otro lado. Prefiero escribir un guión o dirigir que hacer de actriz.

¿Para tomar esta decisión, influyó la edad?

Fue una decisión que tomé de forma premeditada. Normalmente digo que no a muchos papeles que me ofrecen tanto en teatro como en cine porque ya hace años que salté al otro lado, al terreno del guión y la dirección. Evidentemente que existe el problema de la edad, pero en mi caso no fue por esto. Fue una necesidad muy profunda que tenía de explicar mis propias historias y hacerlo a mi manera. Dirigiendo sentí que crecía y que me hacía más libre.