No eran cuadros, sino puertas pintadas

Hacía décadas que el Museu de Guissona –con un discurso expositivo centrado en el pasado romano de la localidad– guardaba en el almacén dos cuadros de dos santos. El paso del tiempo aceleraba su degradación y en abril del año pasado se decidió trasladarlos al Museu de Lleida para restaurarlos. Ahora, no solo estas dos tablas policromadas del siglo XVII con las imágenes de Sant Cosme y Sant Damià se han restaurado sino que su estudio ha deparado una sorpresa: no se trata de cuadros sino que eran las puertas de un armario de farmacia de la época. Y no solo eso, el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona conserva uno de estos armarios, prácticamente idéntico y con las mismas imágenes. El director del Museu de Lleida, Josep Giralt, aseguró ayer en la presentación de la restauración que se trata de “dos piezas únicas de esta época en Catalunya”. La semejanza entre el armario de Solsona y las tablas de Guissona es tal –se presupone que podrían ser del mismo autor– que se decidió realizar un armario de nueva factura, siguiendo los criterios constructivos del siglo XVII, para exponer las dos piezas restauradas formando parte así de un conjunto. Alumnos del grado de carpintería del instituto Castell dels Templers de Lleida y el taller Carvajal de ferretería han colaborado en la construcción del mueble en el que ahora se han integrado las dos tablas, que lucen motivos florales muy deteriorados en su anverso (cuando las puertas del armario están cerradas). La pieza viajó ayer mismo de regreso a Guissona, donde mañana a las 11.00 horas se presentará al público en el museo en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio. El alcalde, Xavier Casoliva, recordó la existencia de Casa Pallarès en Guissona y que el armario de Solsona procede de la antigua Farmàcia Pallarès, dando pie a un posible origen común de ambas piezas.

Museu de Lleida y del territorio

El director del Museu de Lleida, Josep Giralt, señaló que la pinacoteca leridana “quiere y debe ejercer de museo del territorio con actuaciones como la de esta restauración, que ha incluido un estudio histórico artístico con el que hemos conseguido retornar a Guissona unas piezas como lo que habían sido: parte de un armario de farmacia”. La operación, a cargo de la conservadora y restauradora de pintura Inma Bové, consistió fundamentalmente en la limpieza, desinsectación y consolidación de la madera y una mínima reintegración cromática.