ARTE 10 EDICIÓN BIENNAL LEANDRE CRISTÒFOL
Explorando las fronteras del arte
Hace veinte años, cuando la Panera era un destartalado caserón que hacía poco tiempo había abandonado como cuartel la Policía Nacional, acogió la que se convertiría en la I Biennal Leandre Cristòfol. Desde entonces, Lleida ha descubierto a artistas como Eulàlia Valldosera, Jordi Colomer, Marina Núñez, Alberto Peral, Montserrat Soto, Ana Laura Aláez... La lista es larga. El sábado, la Biennal inaugura la 10ª edición ampliando horizontes. Por un lado, los artistas seleccionados ya no se ciñen a los límites estatales y hay representantes de México, Portugal, Marruecos, Israel y Francia, según destacó la directora de La Panera, Cèlia del Diego. La Biennal crece y se extiende a la antigua iglesia de Sant Martí y al Dipòsit del Pla de l’Aigua. Pero, sobre todo, el certamen se reformula después de veinte años. Seguirá teniendo el doble papel “de difundir el arte contemporáneo y ayudar a crear una colección” para la ciudad, según aseguró el alcalde, Àngel Ros. Pero los criterios ya no serán “de dirección”. Del Diego ha abogado por crear una comisión de la que forman parte los críticos Oriol Fontdevila y Javier Hontoria, que han incorporado tanto a artistas jóvenes “como a otros que inexplicablemente se habían pasado por alto”. Entre ellos, Núria Güell (Vidreres, 1981). Forma parte de una generación de creadores que, en palabras de la directora de la Panera, exploran los límites del arte y se acercan a la sociología. Así, en Lleida se verán las cartas, dibujos y textos que le mandaron presos en régimen de aislamiento. “Una tortura psicológica” que definió como “violencia institucional”. También dará visibilidad a las niñas vendidas vírgenes en Colombia en el proyecto Feria de las Flores, así como a la impunidad con la que policías cubanos la acosaban sexualmente durante su estancia en la isla.
Anna Dot es una de las artistas emergentes. Nació cuando la llamada Biennal 0 de la Escola de Belles Arts revolucionó el Roser en 1991. “Sin la cero no habríamos llegado aquí”, subrayó Antoni Llevot. Dot también investiga los límites del arte reflexionando sobre la comunicación con obras en las juega con idiomas que no conoce, como el ruso o el holandés.