“El alma se me caía de pena al ver cómo lo cargaban”

Visiblemente cansado después de toda la noche en vela, el director del Museu de Lleida, Josep Giralt, salió del edificio junto al equipo técnico en el momento en el que partieron la furgoneta y el camión cargados con las piezas de Sigena. Giralt afirmó que estaba “muy emocionado” después de ver el apoyo popular y de numerosos representantes de museos de toda Catalunya. Quiso remarcar la profesionalidad del trabajo de su equipo en el marco de un operativo de traslado que dejó mucho que desear. “Hoy el único que ha sufrido ha sido el patrimonio artístico. Al principio han sido muy cuidadosos a la hora de embalar y poner las piezas en las cajas pero, a medida que han ido pasando las horas, entre el cansancio acumulado y supongo que tenían prisa por acabar y marcharse a Sigena, ¡si hubierais visto de qué forma las cargaban se os hubiera caído el alma de pena!”, explicó Giralt, que añadió que “igual como nosotros, su obligación, ya que trabajan para un gobierno público, tendría que ser profesional”. Tras ver partir las obras, Giralt finalizó: “No es agradable que utilicen la triquiñuela del 155 para que un museo pierda parte de su colección, que consideramos legítima”.