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La Guardia Civil se lleva el arte del Museu ante la indignación de Lleida

Carga de los Mossos contra manifestantes en un operativo con decenas de agentes

El operativo ha empezado de madrugada

Imágenes del traslado de las obras de Sigena del Museu de LleidaLleonard Delshams / Itmar Fabregat / Raúl Ramírez

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Casi veinte años de pugna judicial en tribunales de Aragón, de Catalunya e incluso en el Constitucional por el arte de Sigena quedaron ayer borrados de un plumazo en poco más de diez horas. El tiempo que tardaron los técnicos del gobierno de Aragón con el apoyo de la Guardia Civil en llevarse en un camión y una furgoneta 44 piezas originarias del monasterio de Sigena, durante décadas conservadas en el Museu de Lleida. Una operación facilitada con la intervención de la Generalitat en virtud del artículo 155 de la Constitución y el visto bueno del ministro Íñigo Méndez de Vigo, ‘titular’ actual de la conselleria de Cultura.

Decenas de efectivos de la Guardia Urbana y de los Mossos d’Esquadra tomaron desde medianoche la rambla Aragó y calles adyacentes y convirtieron la Illa de la Maternitat en un auténtico fortín, con el Museu de Lleida en el centro como la sede del gran ‘tesoro’. Un auténtico ‘campo de batalla’ con decenas de policías antidisturbios y helicóptero incluido que creó expectación e indignación a partes iguales entre los que se acercaron a ‘defender’ el Museu.

Noche en vela

El director y el equipo de la pinacoteca –acompañados del director general de Patrimonio de la Generalitat, Jusèp Maria Boya– se mantuvieron en vela desde última hora de la noche del domingo, en espera de la comitiva aragonesa. Aunque habían comunicado de forma oficial que llegarían a Lleida hacia las ocho de la mañana, los ‘visitantes’ no tuvieron tanta paciencia y aparecieron con gran escolta policial hacia las 3.30 horas de la madrugada. Siguiendo la convocatoria anunciada a través de las redes sociales, a primera hora de la mañana aumentó el número de personas en el entorno del Museu y, sobre todo, frente a la puerta del almacén donde esperaban estacionados los dos vehículos de carga para llevarse el arte. Hacia las 7.00, se presentó el alcalde, Àngel Ros, pero solo permaneció unos minutos ante los abucheos de que fue objeto por parte de los concentrados, que durante todo el día no se olvidaron de ‘corear’ su nombre de forma nada amistosa. En una especie de campaña electoral after hour, aún de noche, representantes de ERC, Junts per Catalunya y la CUP animaron la espera lamentando la “histórica” y “lamentable” jornada que, para redondear, contó con la lluvia de invitada especial. Ya de día, con la colocación de vallas en la rambla Aragó, frente a la calle del Sant Crist, se vivieron los únicos momentos de carga policial. Cuando un numeroso grupo de personas se abalanzaron en dirección a la calle que conduce al Museu, los mossos acabaron usando las porras para despejar la zona, provocando algunas contusiones entre los manifestantes.

El camión y la furgoneta no abrieron sus puertas para cargar las cajas hasta pasado el mediodía. El número de concentrados en ese lugar fue oscilando con el paso de las horas sin rebasar las 300 personas, entre ellas decenas de representantes de medios de comunicación de prensa, radio y televisión de todo el país. Pancartas como la de Els Museus no es toquen o Con el 155 el museo te lo trinco acompañaron cánticos infatigables: desde L’Estaca de Llach hasta Els Segadors, pasando por consignas críticas con el alcalde y el 155, y gritos de “ladrones”, “vergüenza”, “ni olvido ni perdón” o “esto es un atraco”.

Camino de Sigena

En apenas una hora, los dos vehículos cargaron las cajas –con coches policiales intentando tapar la visión de manifestantes y fotógrafos– y partieron raudos rambla Aragó abajo, escoltados por una decena de vehículos de la Guardia Civil. Poco antes de las 16.00 h. llegaron al monasterio de Sigena, entre vítores y aplausos de decenas de personas, con la consejera de Cultura aragonesa, Mayte Pérez, y el alcalde, Ildefonso Salillas, al frente. Mientras el arte partía de Lleida, el director del Museu y el equipo técnico salieron del almacén a aplaudir a la gente concentrada en agradecimiento al apoyo prestado. Giralt lamentó el trato dado a las piezas por parte de técnicos, sobre todo a última hora, “tenían prisa”, y anunció que el Consorci presentará un recurso ante el Tribunal Supremo el 4 de enero. La batalla judicial sigue, pero con las obras ya en Aragón.

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