HISTORIA RECREACIÓN
Arqueología en 3D en Els Vilars
La ciencia y la tecnología avanzan y en la fortaleza ibérica de Els Vilars de Arbeca no han querido quedarse atrás. Ahora, el equipo del yacimiento dirigido desde la Universitat de Lleida acaba de ‘pasar’ de la excavación al laboratorio con la primera recreación en tres dimensiones (3D) de una pieza arqueológica de más de 2.500 años de antigüedad. Se trata de un plato con pie decorado, que, ante la imposibilidad de restaurarlo –de hecho, solo se conservan unos fragmentos que representan un tercio del total del volumen original–, se ha optado por reconstruirlo con una ‘impresión’ en 3D según la interpretación de los arqueólogos de cómo sería esta pieza. Los fragmentos cerámicos se encontraron en el exterior de la muralla de la fortaleza y en seguida se vio la singularidad del hallazgo: un plato modelado a mano, de pie alto decorado con hendiduras triangulares, una forma poco habitual y hasta ahora desconocida en Els Vilars, con un diámetro máximo de 21,7 centímetros y perteneciente a un momento avanzado de la fase Vilars I, de entre los años 700 y 550 aC. La funcionalidad original de la pieza no está clara, aunque el equipo de la UdL cree que se trata de una bandeja para pequeñas ofrendas rituales. Tras recrear en forma de dibujo su posible estado original, la impresión en 3D ha llegado de la mano de la empresa barcelonesa 3iDem, que casualmente estaba trabajando en una pieza arqueológica del Museu de Badalona. El resultado ha sido una réplica del mismo color y textura a partir de un material especial, cuya base es un polvo compuesto principalmente por polvo cerámico, yeso, polímeros y cristales de silicio.
Para exposición o venta como objeto de recuerdo Para el arqueólogo Emili Junyent, del equipo directivo que impulsa la investigación y excavaciones en Els Vilars de Arbeca, la recreación de una pieza arqueológica con una impresora en 3D es “un camino a seguir”, sobre todo cuando se trata de objetos singulares de difícil restauración, como era este caso. Junyent asegura que “la reproducción siempre resulta atractiva en una musealización de los fragmentos originales o como merchandising, para vender como recuerdo del yacimiento”.