EQUIPAMIENTOS CULTURALES BALANCE
El Museu de Lleida, con más visitantes
Treinta días después de vivir una jornada verdaderamente histórica, con la ‘toma’ policial del centro de la capital del Segrià para llevarse las obras de arte de Sigena del Museu de Lleida, la pinacoteca leridana informó ayer del balance de visitantes durante el annus horribilis de 2017. Y como todo no tienen que ser malas noticias, el museo destacó el aumento de visitantes experimentado a lo largo del año pasado, hasta un 11% más que en 2016.
Así, el Museu de Lleida recibió un total de 23.982 visitas, 2.374 más que el año anterior, aún lejos eso sí de las cifras conseguidas en 2015 (30.064), en 2014 (34.828) y en 2013 (29.318) y rozando las de 2012, cuando el equipamiento cultural recibió la visita de 24.106 personas. Más lejos queda aún el récord anual alcanzado en 2010, con 36.773 visitantes.
Por meses, el incremento de visitas fue especialmente notable en mayo, cuando se superaron las 5.000 –el año pasado fueron 3.388–, seguramente debido a la atracción de actividades promocionales populares como la Nit dels Museus, con apertura de puertas hasta medianoche. Claro que, para incremento, el que se produjo el pasado diciembre, cuando el Museu de Lleida dobló sus visitantes habituales en este mes hivernal: de 1.116 en 2016 a 2.329 el año pasado. Ni que decir tiene que buena parte de estas visitas fueron provocadas por el ‘efecto’ Sigena.
La repercusión de las noticias judiciales desde semanas antes del Día D, el 11 de diciembre, se convirtió en un auténtico efecto llamada para mucha gente que quería ver en vivo y en directo las tan polémicas obras de Sigena, al menos las siete piezas que formaban parte de la exposición permanente del museo. De hecho, ya el mes de noviembre se superaron las 2.000 visitas, pero sobre todo fue en diciembre cuando el interés incrementó la presencia de público para ver las obras. Aunque también después del 11-D, cuando el Museu de Lleida ofreció una semana de puertas abiertas para que el público que así lo quisiera rindiera con su visita testimonial su particular homenaje a la pinacoteca leridana y como muestra de solidaridad contra el ‘atropello’ policial. Por otro lado, como resulta habitual casi cada año, los meses de julio y agosto fueron los que registraron cifras más bajas de visitantes, 775 y 783, respectivamente, otra asignatura pendiente del turismo estival cultural en Lleida.
La pintura del siglo XVIII de una Inmaculada que faltaba en el lote de 44 obras de arte que se trasladaron hace un mes al monasterio de Sigena sigue en el Museu de Lleida, a la espera de que alguien venga a buscarla. Cabe recordar que durante la rocambolesca operación en la que personal del gobierno de Aragón, ‘protegido’ por unidades armadas de la Guardia Civil, entró en el museo para llevarse las 44 piezas reclamadas se echó en falta un cuadro, que no aparecía por ninguna parte. Curiosamente, la camioneta y el furgón que se utilizaron para el traslado llegaron a Sigena con 43 piezas, más una de ‘regalo’, un fragmento escultórico que los responsables del museo atribuyeron con seguridad al retablo de alabastro del que poseían otros fragmentos. Cuatro días después, el 15 de diciembre, el Museu de Lleida informó de la localización del cuadro de la Inmaculada en dependencias del Palau Episcopal de Lleida, donde la pieza, junto con otros objetos del antiguo Museu Diocesà, había estado ubicada desde los años 70 del siglo pasado. El mismo día, el letrado del Consorci del Museu informó oficialmente al juzgado de Huesca del hallazgo de la pintura, esperando a partir de entonces la notificación por parte del juez de instrucciones sobre el operativo a proceder para recoger la obra, tal y como requería la polémica sentencia de ejecución provisional. Ayer, fuentes del museo afirmaron que 25 días después, siguen sin tener noticias judiciales al respecto.