Un aniversario de peso

La campana horaria de la torre de la Seu Vella de Lleida, la Silvestra, la más antigua de las que se conservan, cumple hoy domingo 600 años de vida. Así lo atestigua una inscripción labrada en latín en el bronce que informa de que “fui hecha por el maestro Joan Adam el año del Señor de 1418 el primer día del mes de abril”.

González comentó que “estamos haciendo gestiones para que la Mònica pueda viajar directamente a Alemania y sea un técnico de los laboratorios belgas el que se desplace a Nürtingen para las analíticas”. En cualquier caso, la operación cuenta ya con los permisos de la Generalitat y también con el presupuesto de la restauración, unos 6.000 euros, disponible, con lo que solo faltaría cuadrar las agendas para el transporte. La idea es poder celebrar el retorno de la Mònica restaurada a Lleida con una fiesta de bienvenida durante el próximo Día de la Seu Vella, el último fin de semana de octubre. Eso sí, González aclaró que de momento la campana no se volverá a subir a la torre sino que se volverá a dejar en el claustro, a la espera de que se materialice el proyecto de recolocación de las campanas en el campanario. Se trata de arreglar los dos pisos que acogen estos elementos en lo alto de la torre parea devolver las campanas a su emplazamiento histórico original, colgadas en los ventanales, y no como están ahora, ‘encerradas’ en el interior. Pero para esto habrá que esperar aún más.

Joan Ramon González, presidente de los Amics de la Seu Vella, destaca entre otras inscripciones los detalles de los escudos del cabildo de la catedral y de la Paeria, que “fueron las instituciones que aportaron el dinero para la fundición de esta gran campana, los primeros como responsables del edificio religioso y los segundos, porque estaban interesados en que el reloj que lucía el campanario ‘sonara’ con las horas como servicio público para los vecinos de Lleida”.

Una inscripción en la propia campana informa fue hecha por Joan Adam el primer día de abril de 1418

En mayo de 2014, la Mònica bajó por primera vez de la torre en 5 siglos desde que fue colocada allí en 1486

La Silvestra es una inmensa mole de bronce de más de 4.600 kilos, una cifra aproximada calculada gracias fórmulas matemáticas a partir de sus medidas y grosor ya que nunca ha salido de su emplazamiento original y, por tanto, nunca ha podido pesarse. Debió ser la guinda del campanario y del proceso constructivo del conjunto monumental. Cabe recordar que la primera piedra de la Seu Vella se colocó el 22 de julio de 1203, quedando consagrada al culto 75 años más tarde. Las obras comenzaron por la cabecera y siguieron por las naves hasta llegar a la fachada principal románica, a finales del siglo XIII. El siglo XIV fue el de los grandes proyectos arquitectónicos: el claustro, la fachada de los Apòstols y la construcción de buena parte del campanario, que no se coronó hasta el primer tercio del XV. González recuerda que “seguramente entre la última planta y el templete superior, la torre llegó a albergar 14 campanas”. Sin embargo, solo dos, la Silvestra y la Mònica, esta de 1486 (ver página siguiente), han conseguido sobrevivir a los avatares de la historia. Las otras 5 campanas actuales tienen poco más de cincuenta años.