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«Falta incorporar la emoción al hablar»
El periodista Manuel Campo Vidal (Camporrells, 1951) acaba de publicar Eres lo que comunicas (RBA), volumen en que da las claves para que los mensajes lleguen al destinatario correctamente. Le precedieron ¿Por qué los españoles comunicamos tan mal? y ¿Por qué los profesionales no comunicamos mejor?
Si no sabemos comunicar, ¿será difícil que nos tengan en cuenta?
Normalmente hay una gran distancia entre lo que pensamos y lo que decimos, entre lo que somos y lo que contamos que somos. Que quede claro, eres lo que comunicas. La realidad es la percepción de la realidad. Si hacemos un gran trabajo pero no lo contamos bien, la percepción es que no somos los mejores.
¿La escuela tendría que jugar un papel más importante?
Es determinante. España no incorporó esta enseñanza ni se le dio valor. Apenas existen exámenes orales. En otros países ocurre lo contrario. Resultado: ellos lo cuentan mejor y no siempre son los mejores.
¿Cuáles son los secretos de una buena comunicación?
En primer lugar, darle importancia, dejar un espacio en tu agenda para prepararla, dar valor a la palabra. El libro desgrana 10 mandamientos que pueden mejorar la posición en la comunicación. Entre ellos, no improvisar, dar valor a la palabra y al silencio, considerar el poder de la emoción y sobre todo, la escucha. La escucha es fundamental. Solo habla bien quien escucha, decía Plutarco.
Lleva muchos años reflexionando al respecto.
Sí. Este es el tercer libro que publico y he querido dar un salto hablando no solo de la palabra, el silencio y la escucha, sino también de la emoción. Creo que nos falta incorporar la emoción a la hora de hablar, porque lo que emociona queda en la memoria y es fundamental que la emoción aflore y que la controlemos.
¿Qué papel juegan los medios en la información sobre el ‘procés’?
No se puede resumir en una frase porque hay posiciones distintas, pero deben de reflejar todas las posiciones y tienen que dar voz a todas las sensibilidades. En muchos casos no lo hacen.
¿Y las redes sociales?
Creo que las redes desvirtúan solo el periodismo que se deja desvirtuar. En este sentido, son una oportunidad para recuperar la fuerza y la credibilidad del periodismo. Hay cosas que se leen en las redes que nunca se leerán en un periódico serio, y esta es nuestra fuerza.