El polémico Von Trier regresa a Cannes con un film violento

Siete años después de haber sido declarado “persona non grata” en el Festival de Cannes por sus comentarios de apoyo a Hitler, el danés Lars Von Trier ha vuelto al certamen fuera de competición con un filme violento, provocador y en muchos puntos inmoral, pero bien recibido pese a sacar de la sala a algunos espectadores. The house that Jack built, protagonizada por Matt Dillon y Bruno Ganz, “es en gran parte una caricatura o está escrito como tal”, advirtió el director en un encuentro con medios internacionales. Dillon encarna a un asesino en serie, un psicópata con trastorno obsesivo compulsivo, que discute con un misterioso Verge (Ganz), de cuya identidad no se dan pistas, sobre sus acciones y motivaciones. El protagonista ve cada asesinato como una obra de arte.

Por su parte Spike Lee se mostró muy duro con Estados Unidos, un país “construido sobre el genocidio de los pueblos indígenas y la esclavitud”, y aseguró que “la llamada cuna estadounidense de la democracia es una mierda”. Su película BlacKkKlansman, basada en la historia real del primer policía negro de Colorado Springs, recuerda el caso de Heather Heyer, que el pasado agosto Heyer murió atropellada por un joven neonazi blanco en Charlottesville que hirió a otras 20 personas.