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PATRIMONIO MUSEU DIOCESÀ

Omella: “No me gusta ir al juez, pero si no hay más remedio...”

El cardenal Juan José Omella (a la derecha), junto al obispo de Lleida, ayer en la Academia Mariana.

El cardenal Juan José Omella (a la derecha), junto al obispo de Lleida, ayer en la Academia Mariana.ITMAR FABREGAT

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El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona desde 2015 y uno de los protagonistas en la larga historia del litigio por el arte de la Franja en el Museu Diocesà, aseguró ayer en Lleida que “siempre me gusta resolver los conflictos por medio del diálogo, la compenetración y el entendimiento y no me gusta ir a los juzgados, pero llegados a un punto, si no hay más remedio, qué se le va a hacer”. Omella no pudo reprimir una sonrisa al constatar las vueltas que da la vida: hace casi veinte años, de 1999 a 2004, ejerció de obispo de Barbastro-Monzón y se las tuvo con el entonces obispo de Lleida, Francesc Xavier Ciuraneta –eso sí, siempre en el ámbito de los ‘tribunales’ de la Santa Sede–, y ayer compartió asamblea en la Academia Mariana de forma amena y afable con el actual obispo, Salvador Giménez (ver desglose).

Omella reconoció que no le agrada que la reclamación de las 111 obras de arte haya saltado a los tribunales civiles y comentó que “espero que se resuelva lo más pronto posible, en paz, convivencia y respeto entre las partes, porque no queremos una confrontación”, aunque con una sonrisa añadió que “las cosas en el seno de la Iglesia van a su ritmo, lentas”. Su agenda, en cambio, no predicó con el ejemplo porque unas confirmaciones por la tarde en Barcelona le impidieron pasar más tiempo en Lleida. “Me gustaría visitar el Museu de Lleida, que solo conozco a través de fotografías”, confesó conciliador el arzobispo de Barcelona, natural de Cretas, en la Franja de Teruel. A su lado, el obispo de Lleida comentó que anteriomente han mantenido conversaciones sobre el litigio, pero ayer no tocaba.

Por otro lado, Omella no quiso extenderse sobre otro enfrentamiento, el conflicto por el arte de Sigena, que culminó el 11 de diciembre con la entrada de la Guardia Civil en el Museu de Lleida para llevarse 44 piezas, aunque utilizando el refranero afirmó que “siempre después de la tormenta viene la paz”, pidiendo así calma a las partes.

El arzobispo de Barcelona apuesta por el futuro de las parroquias Más de 220 personas se reunieron ayer en la Casa de l’Església-Acadèmia Mariana para reflexionar sobre cómo conseguir unas parroquias más acogedoras y misioneras en la Asamblea Diocesana del obispado de Lleida. Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona, impartió una conferencia en la que apostó por “crear parroquias más creativas para evangelizar”. Omella destacó que “a veces pensamos que nuestro ‘producto’ no genera ilusión, pero si creemos que Jesús es una buena noticia para todos ya tenemos un camino a seguir”. El exobispo de Barbastro insistió en que “la parroquia está para evangelizar, no para cerrar las puertas, es un trampolín para evangelizar”. Tras su intervención, los participantes reflexionaron en grupos sobre el futuro de las parroquias.

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