El próximo viernes se cumplirán dos décadas del decreto del entonces nuncio en España, Lajos Kada, que abrió de forma oficial el conflicto por las obras aragonesas del Diocesà || Barbastro ha acudido este año a la vía judicial civil tras el ‘éxito’ de Aragón con la reclamación de Sigena
Se inició así un proceso que los medios de comunicación hemos bautizado como el litigio del arte para tratar de abreviar un conflicto enmarañado en las instancias vaticanas y los tribunales civiles. De hecho, durante casi diez años el entonces obispo Francesc Xavier Ciuraneta pleiteó en Roma en vano y solo la ‘protección’ de las administraciones públicas del consorcio del Museu de Lleida, Diocesà i Comarcal, inaugurado en noviembre de 2007, impidió la entrega a Barbastro de las 111 obras de arte reclamadas. Una década después, y tras comprobar el ‘exito’ conseguido por el gobierno de Aragón y el ayuntamiento de Villanueva de Sigena con el arte del monasterio –que salió de Lleida el pasado diciembre con el apoyo de la Guardia Civil–, Barbastro ha acudido también a los tribunales civiles abriendo así un nuevo capítulo en un litigio que seguirá siendo longevo y polémico.