ESNOTICIA
FiraTàrrega es mucho más que un 'supermercado' de artes escénicas de cuatro días
El certamen ‘acompaña’ a los grupos teatrales
FiraTàrrega se ha convertido en un proyecto que va más allá de las fechas del certamen y dura 365 días al año. Con Jordi Duran al frente de la dirección artística, la Fira ha dejado de ser un “supermercado” o escaparate de artes escénicas para convertirse en un laboratorio de creación en el que, con el acompañamiento a los grupos, consiguen madurar y cocinar propuestas creativas arriesgadas, que en un principio pueden parecer muy verdes. Duran aseguró ayer que “con estos procesos creativos, las piezas tienen un antes y un después, un momento vital”. Esta es la importancia del programa de Suport a la Creació, que este 2018 ha acompañado una docena de compañías. Este programa también ha permitido expandir las artes escénicas de calle. Según Duran, “en FiraTàrrega ofrecemos teatro, danza, circo y mucho más. Y nos hemos oxigenado con nuevos ámbitos de conocimiento, como la historia”. Ejemplo de ello es la polémica obra que debía representarse en el interior del cementerio y que acabó reubicandose en la parte exterior. Prácticas de vuelo para acabar con el olvido de Chroma Teatro, inspirada en un texto del dramaturgo mexicano Antonio Zúñiga, trata sobre la memoria histórica y sobre el plan de fosas de la Generalitat. O la obra Painball, de Les Impuxibles, una crítica a la falta de libertad de las hermanas Clara y Ariadna inspirado en el pasado 1 de octubre. Por su parte, Joan Català cerró ayer la Fira con su Pelat, que formó parte del Suport a Creació el 2013 y que recordó brindando un emotiv homenaje a Oriol Martí y Jordi Duran en su última edición al frente del certamen.
Oportunidad para los artistas fuera de programa Más de medio centenar de artistas fuera de programa aterrizan cada año en Tàrrega los días de la Fira procedentes de toda España, Sudamérica y también de países de habla inglesa. Algunos, como el sevillano Mister Vita, hace ya más de una década que se suma a esta iniciativa. En ocasiones se trata de gente realmente preparada que luego ofrecen sus espectáculos en pueblos y ciudades. Para ellos la Fira es un reto. Van solos y además de preparar la escena a toda máquina, tienen que estar atentos a la megafonía y a comprobar que a la misma hora no pasa por su escenario ningún espectáculo itinerante del programa. Suelen ser gente sencilla, asequible y con muchas ganas de teatro de calle. Tienen tablas para meterse al público en el bolsillo. En los últimos años, la Fira les ha destinado espacios de actuación propios. Solo cobran lo que reciben al pasar la gorra.