Ponent en el ADN de Valencia

Cuando alguien se apellida Verdú, Torregrossa o Camarasa, es más que probable que sea valenciano. En Catalunya u otros lugares también existen estos apellidos, pero son menos frecuentes”. Es una frase del doctor en Filología Catalana y profesor de la UdL Albert Turull, experto en onomástica. Podría resultar una afirmación curiosa, pero lo cierto es que realmente son miles los valencianos que llevan en sus apellidos topónimos catalanes en general y leridanos en particular (también aragoneses). Esto que podría parecer una “curiosa coincidencia”, lo ha estudiado en profundidad el periodista Antonio Teruel, publicando artículos, ofreciendo conferencias y preparando estudios. Su explicación histórica se remonta al siglo XIII. “Coincidió la repoblación con el momento en el que se fraguaron los apellidos tal y como los conocemos ahora”, explica Turull. “Muchos de los repobladores de Valencia procedían de Lleida y de aquí que muchos de estos topónimos se hayan convertido en apellidos”. De hecho, encontramos desde ciudades como Cervera hasta pequeñas poblaciones como Ivars/Ibars, Ivorra/Iborra, con ambas grafías, Biosca o Verdú, según puede verse en las estadísticas del INE actualizadas el 01/01/2017. Los apellidos no se limitan a los municipios, también se corresponden a las comarcas (Noguera, Segarra) o con gentilicios de estas (Pallarés), incluso por extensión, de Catalunya (Catalán). Y es que la historia común entre Catalunya y Valencia es notable. Como curiosidad, la crónica de Pere Antoni Beuter, escrita en el XVI, relata que en la puerta románica de la Almoina de la Catedral de Valencia –iniciada en 1262, 24 años después de la entrada de Jaume I en la ciudad–, pueden verse 14 rostros, algunos de los cuales identifica como Guillem y Bertomeua (de Alcarràs) o Francesc y Ramona de Alguayre, entre otros. Podrían ser algunos de los primeros repobladores. Ahora, valencianos con estos apellidos, movidos por la curiosidad, acuden como turistas a visitar los municipios de los que llevan el apellido.

¿Cómo se crean los apellidos?

Los apellidos no se limitan a municipios, también corresponden a comarcas como Segarra o Noguera

En la época visigótica, prácticamente no existían. Había muchos nombres y las poblaciones eran pequeñas, por tanto no era necesario distinguir entre uno u otro. A partir del siglo XI, empezamos a encontrar algunos, pero son más parecidos a lo que sería un renombre. Por ejemplo, Guillem Pintor porque de oficio era pintor, o Guillem Fuster porque se dedicaba a la ebanistería. Podemos encontrar escritos en los que ponga “Guillem Pintor, hijo de Jaume Fuster”. En cambio, a partir del siglo XIII ya se produce el cambio y los apellidos se transmiten, se heredan de padre a hijo.

¿Cuáles eran las fórmulas para escoger apellido?

Algunos responden a oficios, otros al nombre del padre (Albert, Joan), otros a características de personas (Roig, Blanc) y otros al lugar de origen.

¿Por qué en Valencia existen tantos apellidos de topónimos leridanos?

Confluyen dos aspectos. Por una parte, los apellidos tal y como los conocemos ahora, es decir que pasan de padres a hijos, se fraguan en el siglo XIII. Por otra, es precisamente en el siglo XIII también cuando se produce la conquista y repoblación de Valencia. Muchos de los repobladores vinieron de Lleida y de la zona de Aragón.