Joan Margarit: “Quizás hay más poetas y recitales que lectores de poesía”

Joan Margarit (Sanaüja, 1938) ha echado la mirada atrás en su nuevo libro, Per tenir casa cal guanyar la guerra (Proa), un volumen en el que explora la infancia, “donde están los cimientos de la casa de la vida; es como los fundamentos de un edificio, que no marcan si este tendrá más o menos ventanas pero sí si aguantará más de tres pisos”. Margarit explicó ayer a SEGRE que “no son unas memorias, que explican solo aquellas cosas que han pasado, sino de una autobiografía sabiendo qué quiero buscar, otra cosa es que lo haya encontrado”. En este sentido, señaló que en este nuevo libro “he querido investigar por qué he acabado escribiendo unos poemas y no otros, por qué no poemas como los de Espriu o de Yates. Y en la vida todo empieza en la infancia”. Para Margarit todo comenzó en Sanaüja, donde nació en plena Guerra Civil. “Pero para mí no fue una época dura. Era un niño como otros. Entonces no sabía que tuviera necesidad de juegos como la Play para ser feliz, porque la felicidad tiene su origen en la envidia, llega por comparación con otra cosa. Recuerdo que el tió siempre me daba lo mismo, un par de preciosas naranjas con las que me quedaba maravillado”. El resultado de esta investigación del pasado es una singular obra narrativa escrita con “la técnica de la poesía”: “Los novelistas buscan las historias a menudo fuera de ellos; el poeta no, todo está dentro”, afirmó. Y como el autor cree que “la soledad es fundamental para este oficio de poeta”, comentó que “suelo ir muy poco a recitales de poesía, hoy quizás hay más poetas y recitales que lectores de poesía”. Felizmente, romperá esta costumbre para volver a Lleida el 19 de noviembre con ocasión del Festival Internacional de Poesía.