PATRIMONIO ARQUEOLOGÍA
Vestigios de la Edad del Bronce en Castell del Remei
Una serie de trabajos agrícolas rutinarios en la parcela Cal Mitjana de la finca Castell del Remei, en Penelles, puso al descubierto en mayo un yacimiento hasta el momento desconocido. Sus responsables lo comunicaron a los expertos de arqueología del Servei Territorial de Cultura, que tras una intervención, localizaron hasta 37 estructuras circulares, 36 de las cuales eran silos de almacenamiento y la otra, un pozo de captación de aguas freáticas. Después de examinar diez de ellos, los técnicos concluyeron que la importancia del hallazgo se centraba sobre todo en lo que contenía. Y es que entre los materiales recuperados se encontraron fragmentos de cerámica con decoraciones características de la época del Bronce inicial, datados aproximadamente de entre los años 1.800 y 1.500 antes de Cristo. Esto implica que en esta zona podría encontrarse como mínimo un yacimiento de esta cronología. Para los expertos, entre ellos la arqueóloga responsable Marta Monjo, uno de los motivos de interés radica en que en esa zona de transición entre las comarcas de la Noguera y el Urgell existen pocos yacimientos documentados. Por tanto, el estudio de este hallazgo reciente permitirá mejorar el conocimiento sobre la ocupación humana en este período histórico. Cabe destacar que las estructuras descubiertas son de planta circular u ovalada y conservaban únicamente la parte baja, dado que los diferentes trabajos agrícolas que se habían llevado a cabo en la zona comportaron que con el tiempo se perdiera el resto de la construcción. Por otra parte, la otra construcción, el pozo de captación de aguas freáticas, también de planta ovalada y de 2,5 metros por un metro, también fue excavado. Sin embargo, el peligro de derrumbe de la estructura comportó que se actuase en únicamente 0,8 metros del interior. En este caso, los materiales cerámicos recuperados pertenecerían a los siglos XVI y XVIII. A partir de ahora, los arqueólogos continuarán estudiando los materiales. La empresa encargada de los trabajos fue Àtics, y la intervención de urgencia estuvo dirigida por el arqueólogo Iñaki Moreno.